Page 100 - Escritura experimental en España, 1963-1983
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Escritura ExpErimEntal En España, 1963-1983Entre 1972 y 1977, en el plazo de seis años, produjo seis libros troquelados (agu- jereados, los llamaba Pino), uno por año.245 Es como si Francisco Pino se hubiera encon- trado de bruces con lo inefable, con aquello de lo que no se puede hablar, ante lo cual dice Ludwig Wittgenstein que hay que callar.246 Pino acalla las palabras, elude la verborrea, pero muestra la esencia del poema a través del hueco, de los bordes de su ausencia.La experiencia poética queda aquí fuera del ámbito del lenguaje articulado y los libros se convierten en universalistas porque el poeta trasciende en ellos la idea de idioma al escapar a cualquier posible descripción prosódica, pero el lector, que no encuentra en ellos palabras, puede sin embargo ver y palpar.247 En la lectura de los libros troquelados solo algunas palabras condicionan la experiencia de su lectura,248 pero, por lo general, prima la posibilidad de meditación ante un vacío que se va moviendo con el paso de las páginas ya que el hueco se va metamorfoseando progresivamente a medida que se pasan las páginas.Los libros troquelados suponen la incursión en un género que unos años antes había cobrado entidad propia, el de los «libros de artista».249 Ante ellos el lector se da in- mediatamente cuenta de que lo que tiene en las manos no es un objeto común. Sus páginas reclaman la utilización de otros códigos de lectura no habituales, para lo que el propio lector debe hacer alguna aportación que le permita poder acceder a algún tipo de interpre- tación. En la búsqueda de esos códigos el lector se ve obligado a reparar en elementos en los que no se hubiera jado si se encontrara ante un libro con las tópicas páginas surcadas por frases formadas con palabras. Así, algunas cualidades físicas del libro, como su volu- men, su forma y materialidad, el tipo de papel empleado, el color del papel, la geometría del troquelado, se convierten en elementos que reclaman una atención particularizada y una interpretación, generándose una «semiótica visual» en la que los elementos plásticos se convierten en signos o en iconos.250 El libro ha dejado de ser un soporte de la escritu- ra para convertirse en una materia física que el poeta trabaja como lo haría el escultor.La realización de los libros troquelados no le impidió a Francisco Pino seguir es- cribiendo poesía más o menos convencional, aunque liberada de las ataduras del verso y del sentido enunciativo de las frases, explotando el vacío, los intersticios entre las palabras, el sentido rítmico de la disposición de los textos e incluso, dedicando algunos guiños a Felipe Boso.251 Después de 1977 no vuelve a editar ningún libro que posea la radica- lidad de los troquelados, pero lo experimental sigue apareciendo en su obra al servirse245. Se trata de Poema (1972), Octaedro mortal o reloj de arena (1973), Hombre, canción (1974), Terrón, cántico (1976), Ventana oda (1976), [Sin título: rectángulo vertical negro] (1977). En siyNo siNo aparece un libro troquelado más (s. f.), Voz clásica, del que no aparece dato de publicación. El primero fue impreso en Sever-Cuesta, el resto en Imprenta Ambrosio Rodríguez, en Valladolid.246. En el último de los aforismos del Tractatus Logico-Philosophicus (1922) Ludwig Wittgenstein dice: «De lo que no se puede hablar, se debe callar» (Wovon man nicht sprechen kann, darüber muß man schweigen).247. El análisis de los libros troquelados de Francisco Pino, que había escapado al estudio citado de Esperanza Ortega en su antología, está muy minuciosamente bien realizado en la tesis doctoral de Carlos Frühbeck Moreno, Palabra y poética en Francisco Pino, leída en la Universidad de Valladolid, 2013.248. En los libros troquelados no aparecen palabras. En el último de ellos, ni siquiera el título.249. Véase Anne moeglin-delcroix: Esthétique du livre d’artiste. Une introduction à l’art contemporain, 2012; Giorgio maFFei y Maura picciau: Il libro come opera d’arte [cat. exp.], 2004, en aa.vv.: ¿Que es un libro de artista? [cat. exp.], 2014.250. Véase la tesis doctoral de Carlos Frühbeck Moreno, Palabra y poética en Francisco Pino, pp. 271 y ss.251. Francisco Pino y Felipe Boso se cartearon e intercambiaron libros profesándose mutua admiración. El poema «Nieve», del libro de Pino Versos para distraerme (1982), guarda una gran similitud con algunos poemas publicados por Felipe Boso en T de trama, donde dedica uno de sus poemas a «Francisco Pino que vive en el pinar».104