Page 21 - Escritura experimental en España, 1963-1983
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Escritura ExpErimEntal En España, 1963-1983artes en España, ya que esas circunstancias alejaron a escritores, artistas e intelectuales de un desarrollo homologable con el que estaban experimentando los del resto de los países europeos.La idea de vanguardia artística surgió paralela al vanguardismo social que a oró durante la Primera Guerra Mundial y dio origen a la Revolución soviética, desde donde se forjaron esperanzas para la aparición de un régimen económico y unas relaciones so- ciales diferentes para el proletariado. La identi cación de algunos artistas vanguardistas con las ideas políticas izquierdistas ha conducido a generalizar la idea del arte de van- guardia como expresión del bolchevismo, lo que ha justi cado su reprobación en regíme- nes como el nazismo o el franquismo. Sin embargo, no todos los artistas vanguardistas, ni mucho menos los experimentales, identi caron la búsqueda y aceptación de nuevas formas de lenguaje o la ruptura de las convenciones heredadas como un acto político o como un ejercicio de redención social.Los movimientos vanguardistas surgidos después de la Segunda Guerra Mundial se caracterizaron por su voluntad internacionalista11 (claramente antinacionalista), pero no por su liación izquierdista, y cuando el expresionismo abstracto se convirtió en los Estados Unidos en el emblema de las libertades del american way of life, fomentado desde la polí- tica del Departamento de Estado,12 la modernidad vanguardista fue asumida como valor de cambio en un mercado del arte que se abría entonces a una nueva clase burguesa que en- contró en el coleccionismo de arte contemporáneo una manera de expresar distinción social.En el caso español, el gusto cuartelario del Régimen, henchido de trasnochados ideales imperiales y cerrado a las innovaciones, que se consideraban extranjerizantes y bolcheviques, se atrincheró en el casticismo y en un falso clasicismo contrarreformis- ta. Un ejemplo claro de esta actitud fue la revista Escorial (1940-1950), editada por la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda de la Falange, cuyo título es en sí mismo todo un emblema ideológico. Escorial fue el escaparate de la cultura del «nuevo estado», tratando en ella temas tanto de literatura, arte, cine y teatro como de política, religión, losofía, historia o derecho. Aunque la revista desapareció en febrero de 1950, ya que resultaba un lastre para la normalización de las relaciones internacionales con el régimen de Franco, sus ideólogos y colaboradores13 ejercieron su poder desde otras tribunas e instituciones.14Los escritores que durante el franquismo sintieron la necesidad de experimentar con las herramientas de su lenguaje se toparon con el inmovilismo de ese tejido cultural que desde Escorial se había extendido a todos los estamentos institucionales ejercien- do sobre la cultura una soterrada censura que llegaba a editoriales, salas de exposicio- nes, teatros, asociaciones profesionales y lugares de congregación que necesitaban el11. Los poetas concretos, por ejemplo, intentaron desarrollar una lengua supranacional que fuera legible o inteligible desde cualquier lengua o país. Véase también el epígrafe «Internacionalismo» en Javier maderuelo: Sucinta historia del Arte Contemporáneo europeo, 2013, pp. 40-47.12. Véase Serge guilbaut: De cómo Nueva York robó la idea del arte moderno, 1990.13. Compartieron tareas de dirección: Dionisio Ridruejo, Pedro Laín Entralgo, Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco, Gonzalo Torrente Ballester, Emiliano Aguado, José María Alfaro y Pedro Mourlane Michelena, y guraron como colaboradores personajes como José Luis López Aranguren, Juan José López Ibor, Carlos Alonso del Real, Gerardo Diego, Antonio Marichalar, Antonio Tovar, etc.14. Una revista como Garcilaso (1943-1946) proclamaba una vuelta a las fórmulas renacentistas del poeta-soldado Garcilaso de la Vega, mientras que Corcel (1942) y Proel (1944) abocaban por una poesía humana y neorromántica.25