Page 115 - Escritura experimental en España, 1963-1983
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Escritura ExpErimEntal En España, 1963-1983La vida como experimentaciónTodos los autores que estoy mencionando aquí se han dedicado intensa y convencidamente a la experimentación, acotando cada uno de ellos un campo de trabajo particular con el que se identi ca su obra y supersona, pero tal vez solo uno, Isidoro Valcárcel Medina, ha sido capaz de extender la experimentación a todos los ámbitos de su propia vida. No es pintor, ni escritor, ni arqui- tecto, ni músico, los críticos e historiadores suelen situar su trabajo en la instalación y en la performance, pero sus obras no son en sí presentaciones ni representaciones de otras cosas, actos o situaciones. Su trabajo artístico es su propia vida que es vivida por él como una serie de experiencias que tienen que ver con el comportamiento social, colectivo e individual. Su obra no es una cción representada, como pintar un cuadro, emitir unos sonidos o describir una situación cticia con palabras, su obra es la realidad experimentada por el artista y, como él mismo dice, «una vez que la has vivido, la experiencia pierde interés».295Sus obras ponen a prueba la realidad a través de propuestas que pretenden medir, situar, comprender, anotar, comparar y cartogra ar fenómenos y acontecimientos que suce- den en la realidad, sin que sean forzados a surgir por parte del artista y de los cuales él es un mero observador imparcial, como lo debe ser el cientí co que observa la naturaleza con el n de comprender sus mecanismos de comportamiento.Es un artista del comportamiento humano, que trabaja en lo que los críticos anglosajones han denominado pomposamente behavior art, que experimenta con las con- venciones sociales y propone elementos de corrección dentro de una lógica rigurosa, pero que se sitúa en las antípodas de los protocolos cientí cos, ya que incide en las aspectos más paradójicos, desvelando lo que hay de absurdo en las normas sobre las que basamos la vida y las relaciones humanas.Como he comentado antes, el lenguaje, cualquier lenguaje, sea este oral, escrito, corporal o gestual se apoya en un conjunto de convenciones con claves particulares es- pecí cas de cada medio cultural o social. Cuando la convención es alterada o sacada de contexto, aunque el lenguaje sea correcto, el receptor del mensaje puede llegar a sentirse burlado o agredido.El arte vanguardista explotaba la provocación intentando soliviantar al público que, en muchos casos se sentía agredido, por el contrario, las acciones de Isidoro Valcárcel Medina son respetuosas y los modales del artista son siempre corteses y elegantes, pero la perplejidad que provocan sus acciones, dibujos, esquemas y escritos hacen que el pú- blico se sienta, a veces, incomodado y recele de lo que el artista propone ya que este actúa correcta y amablemente, pero fuera de los códigos que suelen ser habituales. Por ejemplo, cuando nada más instalarle el teléfono por primera vez, Isidoro Valcárcel Medina efectuó ochenta llamadas a personas desconocidas para comunicarles que podían tomar nota de su nuevo número por si necesitaban llamarle,296 o cuando contesta por carta a todos y cada uno de los emisores de los impresos de propaganda que recibe en su buzón de correos, ofreciéndoles, a su vez, sus servicios como artista.295. Citado en Javier ariza: Las imágenes del sonido, 2003, p. 229. 296. Cfr. Javier ariza: Las imágenes del sonido, ob. cit., pp. 228-230.119