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2 HUGUA. EL PERIODO COLONIAL
Figura 34: Muros de San Dionisio en la actualidad. Fotografía: Sandra Montón para el proyecto ABERIGUA.
Francisco García (1683: 585) menciona que la igle- sia se empezó a construir en 1680 y que en 1681 se consagró a San Dionisio Areopagita. Muy probable- mente, este primer San Dionisio fue una estructura construida en materiales perecederos (García, 1683: 586), que en los años venideros sería destruida en varias ocasiones fruto de avatares naturales y huma- nos (Haynes y Wuerch, 1993: 15). Los restos actuales responden, sin embargo, a una arquitectura masiva realizada con sillares de coral (Figura 34).
Desconocemos la fecha exacta en que adquirió tal configuración, aunque sabemos que fue ya en el siglo xviii, de cuando datan sus primeros dibujos, que así la retratan. El emplazamiento original se abando- nó definitivamente en 1902, tras sufrir un terremoto. Más tarde, en 1939, se edificó un nuevo San Dinosio unos pocos metros más al oeste, justo encima de los restos de la residencia del gobernador (palasyo).
Nuestras excavaciones en San Dionisio han sido las primeras realizadas en el marco de un proyecto de
investigación sistemática a largo plazo. Responden al planteamiento de unos objetivos generales y específi- cos que persiguen entender mejor el inicio de la colo- nización misional en el archipiélago, su evolución en el tiempo, y su impacto sobre la población local, a la vez que la secuencia arqueológica (desde su construcción hasta su abandono) de esta misión en particular, la eva- luación de sus zapatas y cimientos de cara a una posi- ble reconstrucción, o la implicación de la comunidad en su construcción, reconstrucción y mantenimiento periódico. Al poco de dar comienzo las excavaciones, descubrimos un cementerio frente a la fachada prin- cipal, tal como presagiaba la tradición oral del lugar y algunas fotografías del siglo xx con cruces en esta zona. Hasta el momento hemos recuperado 15 enterramien- tos primarios y 15 deposiciones secundarias cuya naturaleza se encuentra en proceso de investigación. Curiosamente, la zona más próxima a la fachada princi- pal parece reservada a individuos perinatales, bebés y niños o niñas de corta edad (Figura 35).