Page 64 - I estoria-ta: Guam, las MarianasI estoria-ta: Guam, las MarianasI estoria-ta: Guam, las Marianas y la cultura chamorra
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Peralta iba de camino a cortar y recoger madera para hacer cruces con las que marcar las casas de los nuevos cristianos («Historica narratio illorum (1668-1673)», en Lévesque, 1995a: 47). Los españoles vengaron la muerte del muchacho matando a Guafac (o Huasac, también llamado Cha’fa’e), un rebelde indio principal (un miembro respetado de una familia importante), a quien asociaban con el Príncipe de la Oscuridad. Esto dio pie a un multitudinario levantamiento contra los misioneros, que se denominaría la Primera Gran Gue- rra de Guåhån, o la Primera Guerra Chamorra16.
Durante ocho días, Hurao y sus seguidores sitiaron la empalizada que los españoles habían levantado al- rededor de la iglesia y la residencia de los jesuitas. En una de las contiendas entre las fuerzas españolas y los chamorros, fue capturado y sus hombres, descorazo- nados, accedieron a negociar, tras lo cual fue liberado. El padre San Vitores albergaba la esperanza de que este gesto de buena voluntad ayudara a los jesuitas a es- tablecer relaciones amistosas con los rebeldes chamo- rros y trajera consigo la paz. Sin embargo, los atacantes interpretaron el acto del sacerdote como una muestra de debilidad, de modo que el 21 de septiembre ataca- ron de nuevo. En un intento por contraatacar al fuego de los mosquetes españoles, los chamorros recurrie- ron a la magia, rodeando el fuerte de madera de los es- pañoles con los cráneos de sus ancestros e invocando su poder. Pero fue en vano. El 20 de octubre de 1671, tras las aplastantes victorias que los españoles lograron sirviéndose de sus armas y tácticas de guerra mucho más avanzadas, los rebeldes chamorros se rindieron, convencidos, quizás, de que los invasores y el Dios cristiano, cuya existencia y poder se materializaban en la labor jesuita en las Marianas, eran demasiado pode- rosos para ellos (Vidal Figueroa, «Relación», fol. 3v).
En respuesta a estos acontecimientos, San Vitores escribió a la Corte pidiendo permiso y financiación para construir un presidio (el nombre oficial con el que se denominaba a las guarniciones de soldados en un distri- to militar) en las Marianas. Estos fuertes constituyeron una institución fundamental en los territorios fronte- rizos17. Los últimos acontecimientos habían puesto de manifiesto que las Marianas no disponían de suficientes soldados o armas, y que la empalizada de madera de
16 Joseph Vidal Figueroa, «Relación de la dichosa muerte del Venerable Padre Diego Luis de Sanvitores...», en «Carta escrita en la ciudad de México por el padre Joseph Vidal...», N.p., 1674, fols. 2v-3r.
17 En las inmensas y hostiles tierras de la Gran Chichimeca de la Nueva España, por ejemplo, los presidios constituyeron una pieza clave para la estrategia militar española (Miller, 1975: 3-4).
los españoles no servía como fortificación18. Parecía evi- dente que, si España deseaba ejercer su soberanía en las islas, la Corona tendría que tomar partido directamente en su defensa. La existencia de fuertes militares como espacios inexpugnables donde los españoles pudieran guarecerse era la única forma de garantizar la seguridad de las misiones, puesto que la mayoría de las aldeas fun- dadas por los jesuitas no estaban fortificadas19.
La paz alcanzada tras esta primera guerra no fue más que un espejismo, pues la resistencia y el conflicto ense- guida recobraron fuerza. Los chamorros se organizaban en clanes matrilineales que habitaban pequeñas aldeas (songsong) compuestas por entre 50 y 150 viviendas (Ledesma, 1670, fols. 3v-4v). La solidaridad entre los miembros del clan era considerable, pero también lo era la rivalidad entre los líderes, como Hurao, Kepuha e incluso Choco. Los misioneros jesuitas, sin pretender- lo, se vieron inmersos en estas rivalidades, poniendo en peligro sus vidas y, especialmente, las de sus asistentes y los nuevos cristianos, que se veían obligados a vivir en las aldeas y ayudar a los sacerdotes en la celebración de bautismos y la predicación del Evangelio.
En enero de 1672, el padre San Vitores decidió levan- tar cuatro iglesias o misiones, cada una de las cuales aten- dería a diez aldeas («Relación y documentos referentes a las islas Marianas, 1668-1673», AHCJC, FIL PAS 52, fols. 340r-342v). Sin embargo, la violencia se iba gestando a medida que los misioneros y sus asistentes avanzaban con su labor, hasta alcanzar el punto de máxima tensión entre el 31 de marzo y el 2 de abril de 1672, cuando los chamorros anticristianos mataron a cuatro asistentes seglares filipinos traídos a las Marianas desde Manila y Nuevo México («Historica narratio illorum (1668-1673)», en Lévesque, 1995a: 164): Nicolás de Figueroa, Damián
18 En una carta que escribió desde México en 1674, el procurador jesui- ta José Vidal Figueroa informaba al padre de Diego Luis de San Vitores, Don Jerónimo San Vitores de la Portilla, de que solo había doce españoles y diecisiete nativos filipinos con los diez jesuitas. «Relación», fol. 2v. Asi- mismo, según el historiador jesuita John N. Schumacher, solo doce de los treinta y tantos hombres que acompañaban a los misioneros eran solda- dos ordinarios, lo que contradice a Driver (1989), que coincide con Ibáñez (1886) y con la hipótesis de que los jesuitas tenían muchos más militares a sus órdenes (Schumacher, 2001: 478-79). Era evidente que los misioneros necesitaban más soldados, de ahí que el 22 de febrero de 1672 solicitaran a la Corona el envío de doscientos hombres (tanto pampangos como espa- ñoles) y un cabo español que tuviera la misma «piedad y prudencia que el capitán Antonio Nieto». «Apuntamientos de lo que parece más necesario al presente estado de estas islas Marianas según la relación que va aparte de los sucesos», n.d., ARSI, Philipp. 13, Hist.: 1663-1734, fols. 74r-74v. Esta peti- ción no fue atendida hasta el 5 de julio de 1679 (Lévesque, 1995b: 19-20). 19 Para más información sobre este tema, ver: (Vitar, 1997: 102-10; Hezel, 2000: 21-43; Hausberger, 2004: 131-68).
2 HUGUA. EL PERIODO COLONIAL
  























































































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