Page 86 - Barbieri. Música, fuego y diamantes
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BARBIERI. MÚSICA, FUEGO Y DIAMANTES
Portadas de las zarzuelas: Chorizos
y polacos, 1876 y El señor Luis el tumbón, 1891. BNE [cat. 117 y 143].
Pan y toros presenta unas seguidillas zapateadas en las que Barbieri bebe de modelos populares. Nuevos ejemplos aparecen El proceso del can-can (1873): la seguidilla y bolero de Terpsícore [n. 3], las seguidillas [n. 7] y la redova, cancán y bolero del n. 9.
Y en El barberillo de Lavapiés (1874), encontramos varios fragmentos a ritmo de se- guidilla, como la célebre entrada de Paloma, n. 2, «Como nací en la calle de La Paloma», definida como «Aire de Zapateado» en la partitura autógrafa; la sección intermedia del terceto del n. 4, que se acelera para conducirnos al terceto final a ritmo de zapateado; las seguidillas manchegas de Lamparilla «En el templo de Marte vive Cupido», n. 9; y el número inicial del acto III, en el que la introducción orquestal retoma el esquema rítmico de las seguidillas de Paloma del n. 2 para conducirnos al coro de costureras.
Zapateados, además de los que aparecen en El Barberillo [segunda sección de los números 4 y 6], encontramos varios en su catálogo, destacando el de la zarzuela bufa Robinson (1870), «Ay, blanquito», obra que incluye, además, dos polkas –una de ellas, «salvaje»– y un vito; y el n. 9 de Chorizos y polacos (1876), zarzuela que, al recrear el ambiente musical de la tonadilla escénica del siglo xviii, presenta también las tira- nas de Don Preciso, n. 5, la de Tusa, n. 10 o la de La Figueras, n. 16, además de un fandango. También la «Canción del zapatero y zapateado» n. 2 de su última obra, El señor Luis el tumbón o despacho de huevos frescos (1891) utiliza ritmo de zapateado.