Page 83 - Barbieri. Música, fuego y diamantes
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BARBIERI, «MÚSICO Y COPLERO»: REFLEXIONES SOBRE SU TEATRO MUSICAL
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Escenografía para El barberillo
de Lavapiés, de Pablo Gao, 1982. Museo Nacional del Teatro (Almagro) [cat. 124].
una ópera cómica francesa de Planard y Saint Georges, trasladando la peripecia dra- mática de Boston a Cuba. En Por conquista (1858) utiliza una nueva traducción de Camprodón de una pieza francesa de Pigault y Lebrun; y en Compromisos del no ver (1859) pone en música una pieza nueva adaptada por Pina a la escena española.
Esta estrecha relación con la escena parisina y el repertorio de opéra comique im- pulsa a Barbieri a intentar en 1860 estrenar su zarzuela Entre mi mujer y el negro (1859), en la Opéra Comique, vertida al francés por Olona con el título de Ma femme et son négre, como relata Casares26. Desencuentros con el director entonces de la Opéra Comique, Alfred Beaumont, y el libretista M. Cremieux, impuesto para arreglar el libreto y cobrar unos suculentos beneficios, hacen desistir al compositor de ello.
A lo largo de su producción musical que, según el profesor Casares, puede dividirse en cuatro periodos creativos, Barbieri no manifiesta apenas evolución estilística. Pero como buen hombre de teatro que es, su obra muestra una depuración de lo acceso- rio y, a pesar de que mantiene la dualidad creativa a lo largo de toda su carrera, a partir de la década de los setenta observamos cierta comunión entre ambos géneros, recurriendo el compositor a una escritura dominada cada vez más por los ritmos de danzas y las sonoridades consideradas hispánicas.
Sin duda el mejor ejemplo de ello es de nuevo El barberillo de Lavapiés, partitura que cultiva un doble lenguaje: el castizo que identifica a Paloma y Lamparilla, vin- culado al ritmo de danzas hispánicas, y el europeizante, característico de los nobles y las Guardias Walonas. Además, supone un avance al aunar los moldes de zarzuela grande y teatro menor, insertando dentro de una forma en tres actos los elementos
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Emilio Casares: Francisco Asenjo Barbieri. 1. El hombre..., pp. 238 y ss.