Page 14 - Barbieri. Música, fuego y diamantes
P. 14
18
BARBIERI. MÚSICA, FUEGO Y DIAMANTES
pocos casos de nuestra historia como en Barbieri sucede que la creación musical, ni agota, ni define plenamente a un artista cuya mente y actividad fue mucho más allá del hecho de componer.
Barbieri llega al mundo en un momento complicado de nuestra historia y es cons- ciente de ello. La primera poesía escrita por nuestro músico, al menos conservada, con el título de «Las artes», firmada en Salamanca en 1845, es todo un manifiesto sobre el siglo en el que le ha tocado vivir:
¡Cuán triste es el nacer, cuán tormentoso alcanzar unos tiempos semejantes
a este siglo tremendo y borrascoso!... ¿Por qué no vi la luz cien años antes, cuando España era emporio de nobleza, con más gloria y saber, menos tunantes2.
Esta conciencia es determinante en un músico en el que surge, casi al mismo tiempo, la necesidad de componer y la de sacar a su patria de una situación que con- sidera crítica con una voluntad decididamente reformista y restauradora.
Barbieri participó de esa doble vocación tan común en muchos músicos románti- cos: compositor y pensador, y, desde luego, con más ahínco y continuidad que nin- gún otro. En efecto, nos ha dejado una reflexión musical e histórica sin precedentes, y variados escritos sobre múltiples realidades con las que hemos llenado miles de pá- ginas en modernas ediciones3. Debemos recordar que ya en la década de los setenta del siglo xix es citado como autoridad en cuestiones históricas.
Los motivos eran claros. Ciertas realidades románticas como el interés por el pa- sado y, sobre todo, esa nueva conciencia nacionalista que lleva a buscar las esencias patrias en la propia historia, conducen en toda Europa a una exaltación de la ciencia historiográfica realizada por Friedrich Chrysander, Robert Einer, F. X. Haberl, Phi- lipp Spitta, Johann N. Forkel, François-Joseph Fétis o Giuseppe Baini. En España aconteció lo mismo con Hilarión Eslava, Mariano Soriano Fuertes, Baltasar Saldoni o Felipe Pedrell, cuyos escritos responden a la misma realidad, pero sobre todo con Barbieri, porque en él la labor historiográfica va claramente dirigida a dos funciones complementarias: descubrir el propio ser de la música hispana como modelo para la creación de la nueva música, y acabar con el estado de decadencia y postración en que esta vivía mostrando su gloriosa historia.
Pero esa «voluntad decididamente reformista y restauradora» a la que acabamos de aludir, necesitaba de otra realidad que define la personalidad de Barbieri, su capacidad como organizador y gestor de la que da señales desde la década de los cuarenta. Pro- tagonizará la mayor parte de las iniciativas que tuvieron consecuencias para el cam- bio de nuestra música: la promoción de asociaciones teatrales con el fin de activar un teatro lírico español, hasta entonces totalmente mediatizado por Italia y Francia; la construcción del Teatro de la Zarzuela como templo lírico nacional; las acciones que condujeron al inicio de la vida sinfónica en Madrid en compañía de su inseparable
2
Emilio Casares: Francisco Asenjo Bar- bieri. 2. Escritos, Madrid, ICCMU, 1994, p. 141.
3
Hemos coleccionado la mayor parte de los escritos editados y la obra poética de Barbieri en el segundo tomo de nues- tra biografía citada en la nota anterior. No menos importantes han sido los dos amplios volúmenes de documentos, bio- grafías y el epistolario del músico: Fran- cisco Asenjo Barbieri: Legado Barbieri. 1. Biografías y documentos sobre mú- sica y músicos españoles, ed. E. Casa- res Rodicio, Madrid, Fundación Banco Exterior, 1986, y Francisco Asenjo Barbieri: Legado Barbieri. 2. Docu- mentos sobre música española y episto- lario, ed. E. Casares Rodicio, Madrid, Fundación Banco Exterior, 1988; final- mente, Francisco Asenjo Barbieri: Cró- nica de la lírica española y fundación del Teatro de la Zarzuela, ed. E. Casa- res Rodicio, Madrid, ICCMU, 2006.