Page 13 - Barbieri. Música, fuego y diamantes
P. 13
FRANCISCO ASENJO BARBIERI
PENSANDO EN ESPAÑA
Emilio Casares Rodicio
Música y nación son dos términos que definen a esa figura medular del siglo xix es- pañol, Francisco de Asís Esteban Asenjo Barbieri (1823-1894).
Barbieri fue ante todo músico. Un compositor considerado por la musicología como uno de los más destacados de nuestra historia. Pero Barbieri es inentendible sin el se- gundo término, nación. Ya Adolfo Salazar aludió a esta realidad, cuando al referirse a las cualidades que definían su obra habló del «instinto patriótico» de Barbieri1. Es cierto que ambos aspectos se retroalimentan, pero el segundo da sentido a su obra y nos per- mite descubrir la rica y compleja personalidad del compositor madrileño y la trans- cendencia de una obra dedicada a forjar los valores identitarios de la música española.
Es cierto que Barbieri dejó más de ciento treinta obras –de ellas setenta y seis líricas–, pero también lo es que probablemente dedicó más horas de su vida a de- fender e impulsar la música hispana que a la propia composición. El subtítulo de esta exposición, «música, fuego y diamantes», quiere simbolizar a su música que lo genera todo, y a dos realidades que acompañan su creación: el «fuego», sustantivo que empleó en su primera gran obra, Jugar con fuego, y símbolo de esa fuerza con la que Barbieri quiso poner en acción a su amada España, y los «diamantes», que son esas obras magistrales que nos fue dejando, que lo situaron en el Olimpo de los in- mortales, y su gran legado a la Biblioteca Nacional.
Barbieri no es un compositor cuyas relaciones terminen en la música. Hombre público, su círculo de amistades se extiende al mundo literario, político, religioso, la bibliofilia, o la gestión, como testimonian las más de 4.000 cartas que recibió. En
Página anterior: retrato de Barbieri, de Cosme de Algarra. Colección de Isabel Kindelán [cat. 1].
1
Adolfo Salazar: La Música Contem- poránea en España, Madrid, Ed. La Nave, 1930, p. 41.