Page 21 - Actas Afrancesados y anglófilos
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irlandés, el Duque de Wellington, el libertador, que se dedicó a destruir toda la industria española que podía competir con la inglesa. Un santo varón.Hoy podemos ver muchos de los cuadros robados en los museos de Londres, o en los de París, y también en el Museo del Prado. El agua vuelve al río.El hermano mayor de Napoleón fue un enamorado de España, se dice que sus mayores grescas en París se debieron a la defensa que hacía de España y de los españoles, frente a las críticas de sus compatriotas. Y me lo creo.Cuando murió, en Florencia en 1844, y despues de un exilio en Filadelfia y en Londres, pidió ser enterrado con el Toison de Oro, la máxima condecoración española. Un gesto que se interpreta como su orgullo de haber sido rey de España y de las Indias.La Constitución de Bayona, que fundaría la primera monarquía constitucional en España, tuvo el apoyo incondicional de los ilustrados españoles, a los que se comenzó a llamar afrancesados. Era un texto en el que se "conciliaba la santa y saludable autoridad del soberano con las libertades y privilegios del pueblo" en palabras del propio Napoleón. Pero el pueblo llano, entonces como ahora, no era ilustrado, muy al contrario, y en la plebe se gestaron sus enemigos más acérrimos, cantera de la guerrilla que volvió locos a sus generales. No tuvieron mucha suerte sus ideas reformadoras, y los errores de Napoleón agravaron los problemas de su frágil gobierno, que tuvo también dificultades económicas ya que los recursos iban para financiar las guerras de su hermano.Sabemos también que José Bonaparte como su padre y buena parte de sus hermanos perteneció a la masonería, llegando a ostentar el cargo de Gran Maestre del Oriente de Francia.Tampoco es muy conocida la afición literaria de José Bonaparte. He descubierto una investigación que habla de él como autor de una novela corta, Moïna ou La villageoise du Mont Cenis (Moina, o La aldeana del Mont Cenis), una historia sentimental al estilo de Bernardin de Saint Pierre, el escritor francés más apreciado en la Francia del Directorio. Una novelita que fue un éxito editorial considerable.La primera edición de Moïna ou La villageoise du Mont Cenis se publicó sin hacer mención de su autor en París en la imprenta de Honnart, en el año VII de la República francesa (que va del 22 de septiembre de 1798 al 21 de septiembre de 1799). De esta rareza bibliográfica existe una edición en castellano publicada este mismo año de 2008 por la Universidad de Alicante, con un estudio de Gerard Dufour.Se afirmaba en la breve reseña presentatoria de la obra, que el autor “se había propuesto probar que la felicidad se encontraba más fácilmente en la intimidad de dos amantes, que en la vanagloria de la fama”. Y se añadía que la novela, “inspirada por alguna musa italiana, estaba redactada con una pureza y una elegancia estilística que encantaban al lector al tiempo que el fondo le interesaba por su sencillez.” Sólo se conserva un único ejemplar en la Grande Bibliothèque de France procedente de una colección privada, la de Edouard de Sainte-Foy. La novela se reeditó en 1814, sin su autorización, cuando José Bonaparte estaba refugiado en Suiza. Al año siguiente, 1815, se publicaba en Milan una traducción al italiano, y en 1816 aparece en inglés en Nueva York firmada «by Joseph Bonaparte, King of Spain».Queridos amigos, espero sepan disculpar esta confesión general de mis pecados napoleónicos en el que me he metido. No estamos en este bicentenario en las fechas apropiadas, o quizás si lo sean, pero os pido no me lo tengan en cuenta.2