Page 82 - 100 años en femenino
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 Campesinas en las marismas sevillanas trabajan en las faenas del campo
1960
Agencia EFE, Madrid
adultas, participaron en las actividades feministas antes y después de 1975: Maria Aurèlia Capmany (Barcelona, 1918- 1991), Lidia Falcón (Madrid, 1935) y Carmen Alcalde (Girona, 1936), que en 1976 fundaron la revista Vindicación Feminista, que se editó hasta 1979; y Carlota Bustelo (Madrid, 1939), que fue directora general del Instituto de la Mujer desde su fun- dación en 1983 hasta 1989.
Estas mujeres nacieron y vivieron su infancia y adolescen- cia en una sociedad predominantemente rural, ya que, hasta los años cincuenta, la mayor parte de la población española vivía en aldeas y pueblos y obtenía sus recursos o bien del trabajo agrario o de las rentas de la tierra, y solo una minoría se concentraba en unas ciudades que desde el siglo xix iban creciendo al ritmo que se introducía la revolución industrial y se desarrollaba un comercio que superaba los ámbitos locales y nacionales. En cualquier caso, las condiciones de vida de mujeres, hombres y criaturas de las familias propie- tarias de tierras, una parte minoritaria de la población, eran radicalmente diferentes de las de mujeres, hombres y cria- turas de las familias que carecían de tierras o cuya propie- dad o salarios apenas les permitían sobrevivir, la mayoría de la población. Esta situación explica que buena parte de ésta tomara la decisión de marchar del campo hacia unas ciuda- des que ofrecían posibilidades de obtener unos salarios cada vez más imprescindibles, y disponer de medios para que sus hijas e hijos mejoraran su nivel de instrucción y pudieran acceder a trabajos más cualificados.
Además, por entonces solo las ciudades contaban con los instrumentos propios de la modernización que estaba trans- formando la vida cotidiana y el trabajo doméstico de forma radical: instalaciones de agua, desagües, electricidad, gas..., imprescindibles para incorporar los electrodomésticos. Estas imágenes, que reproducían las postales, las revistas popula- res y el cine, antes y después de la guerra, solo se hacían rea- lidad en las viviendas de las familias urbanas acomodadas, pero también afectaban a las jóvenes que habían abandonado el campo y trabajaban en el servicio doméstico de estas fami- lias, y marcaban sueños y aspiraciones que esperaban poder hacer accesibles a sus hijas.
Este panorama hace pensar que las mujeres que se resistie- ron a supeditarse a la jerarquía familiar que se concentraba en el cabeza de familia, y a las trabas que encontraron para
83—Amparo Moreno Sardà Mujeres en el franquismo



























































































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