Page 207 - 100 años en femenino
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riores, especialmente en Niño y sombra, de 1936, marcada por la muerte de su hijo al nacer.
La idea de «guardar su visión del mundo como algo privado, privadísimo», fue común a muchas de estas autoras, que con el correr de los años, tanto en el exilio como en la penosa si- tuación española de la posguerra, ocultaron su vida anterior, la guardaron dentro, y también su escritura, como es el caso de una de las más interesantes poetas, Lucía Sánchez Saornil (1895-1970), que no publicó ningún libro durante su larga vida y permaneció en España durante el franquismo dedicándose a las más variopintas actividades, como pintar abanicos;33 Mar- garita Ferreras, autora de uno de los libros más interesantes de su generación, Pez en la tierra, cuyo rastro prácticamente se ha perdido; María Teresa Roca de Togores, que publica su primer libro a los quince años, pero tendrían que pasar catorce hasta la publicación de su segundo poemario, El puente de humo, y veintiocho más hasta el último, Antología impersonal; María Cegarra, primera mujer perito en Química, que publicó un li- bro, Cristales míos, en los años treinta; o Pilar de Valderrama, Gloria de la Prada, Cristina de Arteaga, Josefina Bolinaga, Ma- ría Luisa Muñoz de Buendía, Marina Romero, Josefina Romo, Dolores Catarineu, Esther López Valencia...34
Frente al silencio y el callado olvido de muchas de estas mu- jeres, en 1978 una escritora de esta generación consigue el que había sido el gran sueño de Pardo Bazán, ser académica de la Lengua. En enero de 1979, Carmen Conde lee el discur- so de ingreso en la Academia y se convierte así en la primera mujer que ocupa un sillón, el K. Será prácticamente el úni- co gran reconocimiento público y oficial a esta generación, si exceptuamos la concesión del Premio Cervantes a María Zambrano. Carmen Conde (1907-1996) se da a conocer en el año 1928 con un libro, Brocal, de marcada influencia juanrra- moniana, pero será después de la guerra cuando alcance su plenitud como escritora. Mujer sin edén, del año 1947, está considerado uno de los referentes de la poesía de la década. En sus años de madurez escribe también novela y teatro.
Existen otros nombres que, aunque no han sido olvidados, son sin embargo algo así como inactivos o improductivos en la historia literaria contemporánea. Uno de esos nombres es, sin duda, el de Rosa Chacel (1898-1994), quizá la escritora más importante de esta generación. Desde muy joven se sin- tió atraída por el dibujo y en la Escuela de Bellas Artes de San
208—Mar García Lozano Rutas ignoradas. Mujeres en la literatura y en la música del siglo XX






























































































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