Page 195 - 100 años en femenino
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en la poesía,2 pero solo en un tipo de poesía, la que se consi- deraba «femenina», propia de la mujer; por ello las escritoras que no poseían fuerza, talento, valentía o vigor para enfren- tarse abiertamente a esos modelos eran «aceptadas» sin más por el mundo literario burgués, pero no se las tenía en cuen- ta, no se las respetaba, eran poetisas o literatas, rechazadas en el fondo por un mundo que las consideraba locas o histé- ricas, cuando no abiertamente indecentes.3 Para hacer frente a estos modelos, tan hondamente arraigados, era necesario tener la energía y la excelencia de Pardo Bazán o la voz poé- tica incomparable de Rosalía. De ese modo se podían romper las paredes del hogar, matar al ángel; pero para hacerlo era necesario también matar al monstruo, ese monstruo alimen- tado de ficciones que impedía crecer de forma independiente y libre a las mujeres de la casa:
Antes de que la mujer escritora pueda viajar a través del espe- jo hacia la autonomía literaria debe aceptar las imágenes de la superficie del espejo, es decir, esas máscaras míticas que los artistas masculinos han fijado sobre su rostro [...] Una mujer escritora ha de examinar, asimilar y trascender las imágenes extremas del ángel y del monstruo que los autores masculi- nos han generado para ella. Antes de que las mujeres puedan escribir, declaró Virginia Woolf, debemos matar el ideal esté- tico mediante el cual hemos sido «matadas» para convertir- nos en arte.4
Para matar al monstruo, al ideal estético del que habla Woolf, no había espacios que perder, ni tiempo. Por ello, Pardo Bazán, denostada en muchos casos por sus compañeras escri- toras, que la consideran demasiado desapegada de su lucha, está decidida a reivindicarse como escritora aun a riesgo de negar su condición femenina. En una carta inédita, rescata- da por Carmen Bravo Villasante, escribe: «De los dos órde- nes de virtudes que se exigen al género humano, elijo los del varón y en paz»,5 harta del debate entre lo que significaba «escribir como un hombre» y «escribir como una mujer». En 1892 lanza el proyecto de crear una Biblioteca de la Mujer y por las mismas fechas escribe una serie de ensayos sobre la mujer española, donde se muestra directamente reivindicati- va. Pero ella sabe que es en la escritura donde debe ganar, de verdad, la batalla de la igualdad. Y consigue el respeto, a duras penas, de sus colegas varones, los Clarín, Valera, Benavente, tan poco dados a admitir ningún tipo de valor a la creación literaria de las mujeres. Pero no conseguirá, sin embargo, uno de sus sueños, ser nombrada miembro de la Real Academia Española. De modo que la escritora que se carteaba de tú a tú
Emilia Pardo Bazán
La Tribuna (portada)
Ed. 1882
Biblioteca Nacional de España, Madrid
Emilia Pardo Bazán
La España de ayer y la de hoy (portada)
Ed. 1889
Biblioteca Nacional de España, Madrid
196—Mar García Lozano Rutas ignoradas. Mujeres en la literatura y en la música del siglo XX