Se trata de la primera exposición de Dora García en Canadá. Comisariada por Chantal Pontbriand.
Dora García utiliza el espacio expositivo como plataforma para llevar a cabo una investigación sobre la relación entre el espectador, la obra y el lugar, a menudo utilizando la performance y la interactividad. A través de cambios mínimos, sin invadir el espacio, convierte la sala en una experiencia sensorial, de la que cada visitante sale con sus percepciones alteradas. La artista trata el tema de la experiencia guionizada, convirtiendo a los espectadores en protagonistas de una ficción, a veces a sabiendas, otras no.