La difusión de los hallazgos arqueológicos de Herculano, Pompeya y Estabia se explica en tres salas de tres museos diferentes y en tres países distintos: Italia, España y México. Las salas cuentan con una instalación similar y un mismo discurso: resaltar el papel de Carlos III en la difusión de las antigüedades en el siglo XVIII. Las tres salas están interconectadas en tiempo real mediante streaming y emplean medios técnicos de realidad virtual, realidad aumentada y fotografía esférica. De esta forma, el público que asista a uno de los museos podrá ver realmente el alcance de la obra realizada con otros medios hace trescientos años.
La exposición, por sus características singulares, cuenta con el apoyo técnico de varias empresas especializadas en la recreación virtual e imágenes 3D. Emplea las más avanzada tecnología y pretende ser el primer paso para el diseño de un modelo de exposiciones virtuales, que dinamicen la interconexión de los museos y sus colecciones en diferentes países.
El principal conjunto de antigüedades descubiertas hasta el momento de la partida de Carlos III para España en 1759 procede de la Villa de los Papiros de Herculano, aunque otras antigüedades son de Pompeya y de las villas de la antigua Estabia. Todo ello sirvió en un primer momento para adorno del Palacio de Portici y para la formación del Museo Herculanense en el mismo palacio.
NÁPOLES
La difusión de los bronces y pinturas de Herculano se hizo bajo los auspicios del rey a través dela obra Le antichità di Ercolano Esposte, en la que trabajaron excelentes dibujantes y grabadores del siglo XVIII. El rey regalaba esta obra a los eruditos de la época, a los artistas, a la nobleza y a las universidades europeas que se la solicitaban. Las planchas de cobre y sus estampas constituyen un interesante capítulo en la historia de la documentación arqueológica y su papel en la difusión de los nuevos descubrimientos.
MADRID
Una vez en España, Carlos III solicita a Bernardo Tanucci, Secretario de Estado del reino de las Dos Sicilias, que le envíe copias en yeso de aquellas antigüedades que tanto le agradaban. Estas copias en yeso fueron instaladas inicialmente en el Palacio de Buen Retiro hasta que, en 1776, a petición de los profesores de la Real Academia de las Tres Nobles Artes, el rey accede a donarlas con el fin de que sirvieran para la formación de arquitectos, escultores y pintores. La colección de vaciados enviada desde Nápoles se conserva todavía hoy en la Academia y es de gran interés histórico y documental.
MÉXICO
Posteriormente, cuando el rey Carlos III funda la Academia de San Carlos de México, se hace un envío en 1780 de una selección de vaciados que posee la Academia de San Fernando en Madrid. Entre ellos, un número de copias de los yesos procedentes de Nápoles. De este modo, los bustos de la Villa de los Papiros en Herculano y algunos otros de Pompeya y Estabia, cruzan el Atlántico para ser utilizados como modelos por los alumnos de la Academia de San Carlos.