Con ocasión de la 40º edición del Festival de Almagro, este proyecto, comisariado por Jorge Díez, trata de promover un diálogo entre los principales autores del Siglo de Oro y la creación contemporánea, con los objetivos de aproximar los clásicos al público actual y a la vez difundir la creación artística española más actual.
Los artistas que forman este proyecto son: Alicia Martín, Pepe Buitrago, Juan López, Mercedes Lara y Dionisio Cañas.
Cinco artistas de reconocida trayectoria, a través de lenguajes tan diversos como la holografía, el arte de acción, la instalación o la escultura, ponen su mirada en el Siglo de Oro y, partiendo de la dialéctica barroca entre verdad y engaño, proponen un diálogo crítico con varios de sus principales autores y temas. Y lo hacen en espacios tan dispares como el Pradillo de Santo Domingo, el Almacén de los Fúcares, la Iglesia de San Blas, el Espacio de Arte Contemporáneo o la Antigua Universidad Renacentista.
Se trata de intervenciones singulares, distintas de las producciones teatrales propias del Festival, al margen o además de ellas, aparte. Pero también como en el teatro clásico son apartes que se dirigen directamente al público, buscando su complicidad para entablar un diálogo emocional y reflexivo desde las artes visuales.
El arte contemporáneo puede generar propuestas tanto de carácter simbólico como utilitario que traten de dialogar con nuestro entorno social, político y cultural, interviniendo para ello en ocasiones en el espacio público o en lugares distintos de las galerías comerciales o las salas de exposiciones de museos y centros artísticos. Este diálogo se hace más complejo, pero también más estimulante, cuando se plantea en poblaciones pequeñas alejadas de los circuitos establecidos del arte o se inserta en otros campos de la cultura. En esta ocasión coinciden ambos escenarios: la ciudad de Almagro y el Festival Internacional de Teatro Clásico.
Los artistas que forman este proyecto son: Alicia Martín, Pepe Buitrago, Juan López, Mercedes Lara y Dionisio Cañas.
Cinco artistas de reconocida trayectoria, a través de lenguajes tan diversos como la holografía, el arte de acción, la instalación o la escultura, ponen su mirada en el Siglo de Oro y, partiendo de la dialéctica barroca entre verdad y engaño, proponen un diálogo crítico con varios de sus principales autores y temas. Y lo hacen en espacios tan dispares como el Pradillo de Santo Domingo, el Almacén de los Fúcares, la Iglesia de San Blas, el Espacio de Arte Contemporáneo o la Antigua Universidad Renacentista.
Se trata de intervenciones singulares, distintas de las producciones teatrales propias del Festival, al margen o además de ellas, aparte. Pero también como en el teatro clásico son apartes que se dirigen directamente al público, buscando su complicidad para entablar un diálogo emocional y reflexivo desde las artes visuales.
El arte contemporáneo puede generar propuestas tanto de carácter simbólico como utilitario que traten de dialogar con nuestro entorno social, político y cultural, interviniendo para ello en ocasiones en el espacio público o en lugares distintos de las galerías comerciales o las salas de exposiciones de museos y centros artísticos. Este diálogo se hace más complejo, pero también más estimulante, cuando se plantea en poblaciones pequeñas alejadas de los circuitos establecidos del arte o se inserta en otros campos de la cultura. En esta ocasión coinciden ambos escenarios: la ciudad de Almagro y el Festival Internacional de Teatro Clásico.
