La Bauhaus sentó las bases normativas y patrones de lo que hoy conocemos como diseño industrial y gráfico. Estableció los fundamentos académicos sobre los cuales se basaría en gran medida una de las tendencias más predominantes de la nueva Arquitectura Moderna, incorporando una nueva estética que abarcaría todos los ámbitos de la vida cotidiana. Dada su importancia, las obras de la Bauhaus en Weimar y Dessau fueron declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996.
Durante el congreso se debatirá la relación entre la Bauhaus y sus más insignes representantes en España. En el origen, el conocido viaje de formación que Gropius realizó a España (1907-1908) atraído por la tradición de las escuelas taller y su artesanía cerámica, trazaría uno de esos primeros vectores, que concluiría más tarde con su famosa conferencia Funktionelle Baukunst dictada en castellano en Madrid, Bilbao, San Sebastián (1930) y Barcelona (1932). Es famoso también el año que Mies van der Rohe pasó trabajando entre Alemania y España (1928-1929), meses antes de convertirse en el tercer director de la Bauhaus. Durante aquel momento brillante, como él mismo recordaría, el arquitecto realizó junto a Lilly Reich el proyecto expositivo más grande de su carrera, al tiempo que construyó el Pabellón representativo alemán que le catapultaría a la fama. No menos significativo es que Hannes Meyer, su segundo director, incluyera Barcelona entre los destinos de las exposiciones pan-europeas para celebrar el 10º aniversario de la Bauhaus (1919-1929) y presentar al gran público las obras de arte, los productos industriales y los proyectos arquitectónicos realizados en la escuela. De la mano de sus tres directores, España fue durante los años 20 y primeros años 30 testigo de la integración de las artes aplicadas y las artes mayores, así como del tránsito escalar que había realizado la Bauhaus desde el diseño de objetos al planeamiento de la ciudad.