La muestra está organizada en cuatro bloques en torno a los conceptos de tiempo, infinito, repetición y presencia, esenciales para comprender la trayectoria de la artista guipuzcoana, representados cada uno de ellos por obras de carácter objetual, instalaciones y vídeos y documentos de sus performances.
En cuatro movimientos no trata de ser una exposición antológica ni una retrospectiva de Esther Ferrer, sino una manera de visualizar los conceptos esenciales que han presidido y presiden todo su trabajo, es decir, el tiempo, el infinito, la repetición y la presencia. La exposición se construye, por tanto, a partir de estos cuatro conceptos, representando cada uno de ellos mediante distintas obras de Esther Ferrer: piezas de carácter objetual (fotografías, cuadros, objetos), instalaciones realizadas en la propia sala y obras performáticas.