Los tópicos sobre el Pueblo Gitano se pusieron de relieve a finales del siglo XIX y dieron lugar a grandes obras en la música, la literatura o la pintura, donde tuvieron especial influencia. Si Isidre Nonell y José Gutiérrez Solana intentaron dar una imagen realista del pueblo gitano, no se puede decir lo mismo del resto de artistas. La lista de pintores que se sintieron “fascinados por el Sur” es muy larga. Se puede citar al atormentado Ferdinand Hodler, al elegante Kees Van Dongen, al innovador Henri Matisse y a John Singer Sargent, que supo recrear la atmósfera del baile en las tabernas. Pero se debe también reseñar al escultor Benlliure o el folklore pintoresco y amable, que predomina en los cuadros de Joaquín Sorolla dedicados a bellezas gitanas, así como las escenas teatrales y místicas de Julio Romero de Torres, tan apreciadas por los creadores de tópicos. No se debe olvidar que la cultura gitana y sus protagonistas tuvieron una presencia relevante en obras de algunos autores de vanguardia, como Sonia Delaunay, Francis Picabia, Juan Gris o Picasso.
Del flamenco viene la inspiración de Albéniz o Falla para la creación de obras como Iberia o El Amor Brujo. Federico García Lorca, a propósito de su Romancero Gitano dijo: “ (…) el gitano es lo más elevado, lo más profundo, lo más aristocrático de mi país, lo más representativo de su modo y el que guarda el ascua, la sangre y el alfabeto de la verdad andaluza y universal”.
Stereotypes of the Romani People came to the fore in the late 19th century, giving rise to major works of music, literature and painting, fields in which they exerted a particular influence. While Isidre Nonell and José Gutiérrez Solana attempted to present a realistic image of the Romani people, the same cannot be said of other artists. The list of painters who found themselves “captivated by the South” is a particularly long one. One might mention the tormented Ferdinand Hodler, the elegant Kees Van Dongen, the innovative Henri Matisse and John Singer Sargent, who successfully recreated the atmosphere of dancing in the taverns. Mention should also, though, be made of the sculptor Benlliure and the engaging, picturesque folksiness which dominates the paintings of Joaquín Sorolla dedicated to Romani beauties, along with the theatrical and mystical scenes of Julio Romero de Torres, so beloved of the creators of cliché. It should not be forgotten that Romani culture and its protagonists enjoyed a significant presence in the works of such avant-garde artists as Sonia Delaunay, Francis Picabia, Juan Gris and Picasso.
Flamenco gave Albéniz and Falla their inspiration to create such works as Iberia and El Amor Brujo (Love, The Sorcerer). Federico García Lorca said of his Romancero Gitano (Gypsy Ballads): “...the gypsies are the highest, the deepest, the most aristocratic expression of my country, the clearest representation of its manners and the guardians of the glowing ember, the blood and the alphabet of Andalusian and universal truth”.
Los tópicos sobre el Pueblo Gitano se pusieron de relieve a finales del siglo XIX y dieron lugar a grandes obras en la música, la literatura o la pintura, donde tuvieron especial influencia. Si Isidre Nonell y José Gutiérrez Solana intentaron dar una imagen realista del pueblo gitano, no se puede decir lo mismo del resto de artistas. La lista de pintores que se sintieron “fascinados por el Sur” es muy larga. Se puede citar al atormentado Ferdinand Hodler, al elegante Kees Van Dongen, al innovador Henri Matisse y a John Singer Sargent, que supo recrear la atmósfera del baile en las tabernas. Pero se debe también reseñar al escultor Benlliure o el folklore pintoresco y amable, que predomina en los cuadros de Joaquín Sorolla dedicados a bellezas gitanas, así como las escenas teatrales y místicas de Julio Romero de Torres, tan apreciadas por los creadores de tópicos. No se debe olvidar que la cultura gitana y sus protagonistas tuvieron una presencia relevante en obras de algunos autores de vanguardia, como Sonia Delaunay, Francis Picabia, Juan Gris o Picasso.
Del flamenco viene la inspiración de Albéniz o Falla para la creación de obras como Iberia o El Amor Brujo. Federico García Lorca, a propósito de su Romancero Gitano dijo: “ (…) el gitano es lo más elevado, lo más profundo, lo más aristocrático de mi país, lo más representativo de su modo y el que guarda el ascua, la sangre y el alfabeto de la verdad andaluza y universal”.
Stereotypes of the Romani People came to the fore in the late 19th century, giving rise to major works of music, literature and painting, fields in which they exerted a particular influence. While Isidre Nonell and José Gutiérrez Solana attempted to present a realistic image of the Romani people, the same cannot be said of other artists. The list of painters who found themselves “captivated by the South” is a particularly long one. One might mention the tormented Ferdinand Hodler, the elegant Kees Van Dongen, the innovative Henri Matisse and John Singer Sargent, who successfully recreated the atmosphere of dancing in the taverns. Mention should also, though, be made of the sculptor Benlliure and the engaging, picturesque folksiness which dominates the paintings of Joaquín Sorolla dedicated to Romani beauties, along with the theatrical and mystical scenes of Julio Romero de Torres, so beloved of the creators of cliché. It should not be forgotten that Romani culture and its protagonists enjoyed a significant presence in the works of such avant-garde artists as Sonia Delaunay, Francis Picabia, Juan Gris and Picasso.
Flamenco gave Albéniz and Falla their inspiration to create such works as Iberia and El Amor Brujo (Love, The Sorcerer). Federico García Lorca said of his Romancero Gitano (Gypsy Ballads): “...the gypsies are the highest, the deepest, the most aristocratic expression of my country, the clearest representation of its manners and the guardians of the glowing ember, the blood and the alphabet of Andalusian and universal truth”.