Page 23 - Únete. Join us (Bienal de Venecia, 57 edición)
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Las salas perimetrales se organizan en un recorrido que el espectador es libre de transitar en uno u otro sentido, pero eso sí: ha de decidir abrir puertas, franquearlas, atravesar los umbrales que llevan desde la plaza central a los otros cuartos. Esa división de espacios implica una decisión y esta conlleva una responsabilidad o un compromiso: ser espectador como algo consciente y no un automatismo naturalizado y las puertas y transiciones constituyen objetos de interpretación espacial en el Pabellón.
Estos espacios se articulan como una progresión de secuencias a partir de dos elementos: pantallas de proyección con vídeos y un sistema de gradas para su visionado. La estructura fundamental, híbrido entre la escultura monumental, el mobiliario urbano y el fragmento de arquitectura, es un graderío estructurado en combinaciones seriadas que configuran ambientes también cambiantes. Sobre estas gradas, las pantallas tienen algo de pancartas o anuncios en un espacio periurbano. Sus combinaciones permiten desde el visionado casi individual a la gran sala de múltiples pantallas de tamaños diferentes y asientos a alturas modulares que permitirán ofrecer puntos de vista variables.
Toda la composición espacial se organiza en ese sentido de multiplicar de forma exuberante la diversidad de posiciones de los públicos, estos también en desplazamiento, con paradas de libre decisión. La organización del espacio propicia el cruce, los accesos multiplicados y el encuentro. Los bancales enfrentados reproducen la lógica misma de la ciudad contemporánea: la obligación de enfrentarse a lo ajeno y al extraño como fundamento de la experiencia urbana cotidiana. Su diseño retoma el planteamiento espacial de numerosos proyectos de teatro utópico: la caja óptica, el teatro Meyerhold, el teatro íntimo de Bel Geddes, el teatro imposible de Archizoom, el planeta como festival de Sottsass... Responden precisamente al módulo organizativo de un urbanismo de patrones que responde a la asociación humana, para favorecer el encuentro, la pausa decidida pero también la deambulación continua, una organicidad integral. Como es característico del trabajo de Colomer, se incide también en los espacios intersticiales, en los pasillos, sitios marginales, lugares donde cada visitante pueda simplemente instalarse y mirar a los demás espectadores. Clot describía también: «Como una paráfrasis de la realidad, la escultura se convierte en escenario, la escenografía tiene un continuo en la posproducción videográfica, los personajes
CIUDADANÍA PORVENIR MANUEL SEGADE 23































































































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