Page 74 - El rostro de las letras

EL IMPERIO DE LA FOTOGRAFÍA
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Isidro Gamonal fue contratado para retocar e iluminar los retratos de Franzen y Káulak 19.
La práctica del retoque se mantuvo hasta las vísperas de la guerra civil. En la jerarquía laboral de los estudios, fueron los retocado- res las figuras más importantes, por detrás de los propios fotógra- fos. El pintor José Nogué nos ha dejado un valioso testimonio de su labor: “Primero estampábamos una prueba un poco vigorosa del cliché y veíamos claramente las manchas que había que qui- tar, las arrugas que había que suavizar, las orejas y comisuras de los labios que había que eliminar o por lo menos disminuir [...]. Lo importante no era eliminar nada de la fotografía, sino matizarlo todo con la menor cantidad de lápiz posible, de una manera tan tenue que apenas se advirtiera la manipulación en las pruebas. Para retocar los negativos era preciso aplicar una ligera capa de barniz y aguarrás, que se extendía con un trapo sobre la gelatina, para facilitar el trazo de la punta afiladísima de los lápices Faber. Así, al ennegrecerse los puntos blancos, hacía como de goma de borrar en los puntos negros del positivo, matizando las sombras
y disminuyendo la intensidad de las arrugas. Lo que era muy im- portante para las damas retratadas” 20.
La cercanía entre fotógrafos, miniaturistas y pintores se observa en muchos retratos de la colección del pintor Manuel Castellano, en
19 Especialmente ilustrativo es el caso de Francisco Reigón, quien, tras alcan- zar un sólido prestigio como especia- lista en miniaturas al óleo, abandonó prematuramente el trabajo en su propio taller, para convertirse en uno de los más solicitados retocadores e ilumina- dores de su tiempo. Ossorio Bernard, H., Galería biográfica de los artistas españoles del siglo XIX, Madrid, 1868.
20 Nogué Massó, José, Memorias de un pintor, Diputación Provincial de Tarragona, 1993.
“La retratomanía”. Caricatura de Honoré DAU- MIER. Hacia 1855 (Colección Loguzzo)