Page 390 - El rostro de las letras

ENTRE DOS DICTADURAS
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guieron al Golpe de Estado militar no fueron fáciles para los fotógra- fos, dado el descenso sustancial del público que acudía a los estudios y a la difícil situación de la prensa gráfica. En Días de llamas, una de las mejores novelas que se han escrito sobre la Guerra Civil españo- la, Juan Iturralde describe el trabajo de dos fotógrafos madrileños durante aquellas horas dramáticas. El primero –supuestamente, Francisco Segovia, miembro de la firma Albero y Segovia, muy activa entonces–, nos lo muestra registrando las incidencias de los comba- tes desarrollados durante el asalto del Cuartel de la Montaña: “Pasa cerca de mí un reportero del periódico de Arango, me mira, toma unas fotos de los jardines por los que aún trotan milicianos (...) El fotógrafo aprieta el obturador, inmovilizando carreras, eternizando espaldas sudadas, cuerpos caídos en el patio, uniformes manchados de sangre y sudor, correajes, gorras de los oficiales”. Unas páginas después, restablecido un cierto orden en la capital, nos muestra Iturralde el trabajo rutinario de otros fotógrafos, que sólo buscaban en la calle una ocasión para ganarse unos reales retratando a milita- res y civiles: “Subo por la Gran Vía y veo que han retirado el cuerpo
SANTOS YUBERO. Fotógrafo minutero retra- tando a un grupo de combatientes republica- nos en las calles de Madrid. 17 de agosto de 1937 (Archivo Regional de la Comunidad de Madrid. Fondo Fotográfico Santos Yubero)