Page 315 - El rostro de las letras
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    298 LA MÁSCARA DE LAS LETRAS
 y Artistas del Instituto Cervantes de Madrid, donde murió casi ciego en julio de 1939, al poco de la entrada en la capital de las tropas rebeldes. Las fotografías de Marina nos muestran a un hombre septuagenario de carácter bonancible, solitario y resignado ya a su destino; una imagen muy alejada de su leyenda de hombre aventurero, bohemio y amigo de la soledad y el apartamiento, que fue entre nosotros uno de los grandes pioneros de la literatura de viajes.
A medio camino entre el retrato y el reportaje, tomando lo mejor de cada género, nos han quedado las imágenes de Joan Maragall (1860- 1911), al que fotografiaron todos los grandes profesionales catalanes de su tiempo, desde los primeros retratos de Pau Audouard hasta
los reportajes de Balell, Brangulí, Merletti y Sagarra padre. De algún modo, Maragall fue un caso aislado en el panorama literario catalán, tolerante y desprovisto de los defectos habituales entre los hombres de letras. Sus retratos certifican su carácter apacible, su figura men- guada y acogedora, frágil y de una preocupante delgadez, elegante- mente ataviado con trajes grises y la corbata de nudo grueso, rostro sereno enmarcado en una barba apretada, de un negro intenso cuan- do fue joven, en el que destacaba su mirada sin esquinas, unos ojos de un brillo amplio y generoso, que fue lo primero que deslumbró a
Pelai MAS. Joan Maragall con su mujer, Noble Malvido, y once de sus trece hijos. 1909 (Fun- dació Institut Amatller d’Art Hispànic)
Página siguiente: MERLETTI. Uno de los últi- mos retratos de Joan Maragall. 1905 (Institut d´Estudis Fotogràfics de Catalunya)
 JoanMaragall Fueunhombreto- talmente desprovisto de envidia; su tolerancia era total, su bondad no tenía límites. Era rico, pero estoy seguro que, de no haberlo sido, hubiese sido un anarquista idealista y contemplativo.
JOSEP PLA



























































































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