Page 294 - El rostro de las letras
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LA MÁSCARA DE LAS LETRAS
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pijama de rayas, amparado por un crucifijo y la medalla de la virgen de la Almudena. Antes le habían retratado Franzen, Biedma, Káulak, los Alfonso, Campúa y Martín Vidal, que registraron su persona de frágil encarnadura, mirada sagaz, gesto de raposo, siempre interpre- tándose a sí mismo, como buscando la indulgencia de unas gentes a las que en el fondo despreciaba.
Marcelino Menéndez Pelayo (Santander, 1856-1912) era cántabro, como Pereda. Los fotógrafos registraron su mirada ensimismada, afilada y mordaz, que denotaba una inteligencia superior, de perso- na nacida para la cátedra o la Academia. De ella dejaron testimonio profesionales tan conocidos como Franzen y Káulak, y los más notables de su ciudad, como Courbón y Arauna. De este último son las imágenes de don Marcelino entrando en el patio de la man- sión familiar, que es hoy la gran Biblioteca Menéndez Pelayo. Los fotógrafos acompañaron en numerosas navegaciones más o menos confesables, al grande hombre que, como Rubén Darío, no siempre desatendió las flaquezas de la carne, siempre que no le quitasen
COMPAÑY. Retrato de Marcelino Me- néndez Pelayo. Hacia 1885 (Biblioteca Menéndez Pelayo. Santander)
ARAUNA. Menéndez Pelayo entrando en su casa de Santander. 1905 (Biblioteca Menéndez Pelayo. Santander)
   




























































































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