Page 288 - El rostro de las letras
P. 288

LA MÁSCARA DE LAS LETRAS
271
  que huían a Francia, nos muestran a un hombre desmejorado, enfer- mo del alma y del cuerpo, la figura desmoronada y la mirada melan- cólica, varada ya en “estos días azules y este sol de la infancia”, que evocó en sus últimos versos. Cuando llegó el día de su último viaje, el Miércoles de ceniza de aquel año desdichado de 1939, la muerte le encontró desnudo y ligero de equipaje, como él mismo había anun- ciado. Pero lo que nunca pudo imaginar don Antonio fue la desolada extensión de su desnudez en la hora final, huérfano también de la República que tanto había amado y que murió con él. Las fotografías que se conocen del poeta, cuando había traspasado ya la frontera de la vida, fueron tomadas el día 23 de febrero y lo representan de cuer- po presente, cubierto con una bandera republicana, en su habitación del hotelito Bougnol-Quintana, y en su último paseo por el pueblo de Colliure, camino del cementerio, conducido por un grupo de mili- cianos refugiados. Pocas veces como en estas despojadas imágenes se hace tan verdad la grandeza de la fotografía cuando, alejada de toda pretensión, registra un momento tan conmovedor y relevante como la despedida del mundo de un gran hombre como don Antonio Machado, que siempre amó la sencillez.
En nada se parecía Manuel a su hermano. Si Antonio era serio y ensi- mismado, Manuel era alegre y centelleante. “¡Qué contraste entre los dos hermanos! –escribió Cansinos Assens–, Manolo decidor, mar- choso, de una elegancia aflamencada y de una movilidad de pájaro; Antonio grave, silencioso, lento, arrastrando los pasos como una ca-
Antonio Machado a su llegada a Colliure, en enero de 1939. (Archivo Fotográfico ABC).
El cuerpo sin vida de Antonio Machado es con- ducido al cementerio de Colliure por un grupo de milicianos refugiados. Miércoles de ceniza de 1939. (Archivo Fotográfico ABC)





























































































   286   287   288   289   290