Page 254 - El rostro de las letras
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LA MÁSCARA DE LAS LETRAS
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 fonsito retiene a don Ramón ante la máquina –escribió en ABC, el 3 de agosto de 1930–, los cuatro hijos del gran novelista brincan albo- rozados pensando en la fotografía que se les ha prometido. Carlos, de doce años, acaba de examinarse, con excelentes notas, de bachiller; Mariquiña, de nueve, morena, de ojos bellísimos y expresión dulce y adorable; Jaime, de ocho, tan inteligente y vivo que ya se cuentan sus dichos entre los admiradores del escritor; María Antonia, de siete,
la más buena y cariñosa, el «encanto de su papá» dice el propio don Ramón. Falta Conchita, la mayor. Valle los acalla amorosamente, los sienta en sus rodillas y a sus pies, en racimo, y se inclina con amoro- sa y natural cortesía, ante las exigencias del fotógrafo”.
Para disgusto de Pío Baroja, de don Ramón nos han quedado innu- merables fotografías, que han pasado ya a la memoria colectiva de sus lectores. Las mejores son las de Alfonso, padre e hijo, aunque
CAMPÚA. Valle-Inclán con su mujer, la actriz Jo- sefina Blanco y su hija Mariquiña. La actriz fue la persona que con mayor “dedicación y afecto” auxilió a don Ramón en su trabajo. 1915 (Real Academia Española. Madrid)





























































































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