Page 172 - El rostro de las letras
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LA APOTEOSIS DE LOS CAFÉS
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 con doce de los suyos, a otros cafés suburbiales, a predicar la santa palabra del fracaso. Su más enconado competidor, Ramón Gómez de la Serna, creó entonces la tertulia de Pombo, la más célebre de su tiempo. Inaugurada en 1912, el mismo año en que asesinaron a Canalejas, ocupaba Pombo una casa antañona y valetudinaria, con fachada decrépita, avejentada por el tiempo y los aires insanos de
la calle Carretas. De Pombo se ha escrito mucho, quizás demasiado, si se considera la importancia de los tertulianos que acompañaban a Ramón, que, con escasas excepciones, eran con frecuencia segun- dones y aves de paso, paniaguados del escritor la mayoría, cuyos delirios le obligaban a soportarlos para mantener la ilusión de la tertulia. Los grandes, desde Valle-Inclán hasta Cansinos, emigraron
ANÓNIMO. Sinesio Delgado (en el centro de la imagen), Emilio Sánchez Pastor, el dibujan-
te Ramón Cilla, José López Silva, Andrés Fernández, Ángel M. Chaves y Carlos Arniches durante su tertulia sabatina en Nuevo Levan- te. Hacia 1900 (Colección particular)





























































































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