Page 207 - Revista de Occidente o la modenidad española
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Para la exposición de Maruja Mallo se puede consultar Juan Manuel Bonet, Diccionario de
las vanguardias en España, 1907-1936, Madrid, Alianza, 1995; Juan Manuel Bonet, «De la verbena a Vallecas: divagaciones en torno a la primera Maruja Mallo», Arte y Parte, n.o 82, 2009, pp. 30-39; así como el catálogo de la exposición Maruja Mallo (Madrid, 2009), especialmente el texto de Juan Pérez de Ayala, de idéntico título.
el filósofo Manuel García Morente, Antonio Espina, Antonio Marichalar y el físico Blas Cabrera. A ellos
se pueden añadir Ramón Gómez de la Serna, quien los sábados presidía la suya en Pombo, Antonio Porras, Federico García Lorca, Xavier Zubiri, Antonio de Obregón, José Tudela, Gerardo Diego, el críti-
co de arte Manuel Abril, Valentín Andrés Álvarez, Gustavo Pittaluga, José María Rodríguez-Acosta, Alfonso García-Valdecasas, Álvaro Seminario, Francisco de las Barras de Aragón y, por supuesto, las citadas María Zambrano y Maruja Mallo, a las que alude especialmente Guillermo de Torre. Una lista imprescindible e incompleta, como casi todas las listas, que muestra el carácter abierto de la ter- tulia a la que asistían jóvenes y no tanto, escritores e intelectuales pertenecientes a las diferentes gene- raciones que coincidían en el Madrid de los veinte.
La redacción de Revista de Occidente fue, duran-
te los trece años que duró su primera etapa, un es- pacio múltiple. Era mucho más que el lugar desde donde se gestionaba la publicación o se reunían sus miembros. Fue también, como hemos visto, lugar de tertulia de manera continuada y también, de forma tan excepcional como única, sala de exposiciones. La privilegiada con esta distinción fue la joven pintora Maruja Mallo, cuya obra interesó a Ortega y Gasset de tal manera que decidió exponer sus trabajos en una suerte de retrospectiva celebrada en el salón de ter- tulias de Revista de Occidente. Se trataba de un lugar privado, cerrado al público, lo que suponía limitarse
a unos visitantes escogidos que eran parte de una
elite culta que estaba en el secreto de «lo Nuevo».
La exposición de Maruja Mallo,17 inaugurada el 26 de mayo de 1928, despertó una enorme expectación. En las paredes se mostraron los lienzos agrupados
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