Page 164 - Revista de Occidente o la modenidad española

1923, con Ortega a la cabeza, es decir, con alguien metido hasta las cejas en la vida pública del país. Y quizá porque responde mejor que ninguna a la construcción de una mentalidad moderna: no sólo la que se deja atraer por un librito de Jarnés, una nota sobre una novela de Sender, unos versos políticos de Alberti o una pirueta verbal y negra de Gómez de la Serna, sino la que entiende la con- cepción del mundo y de la existencia como una obra sin fin, un telar sin patrón, una máquina de afirmar y negar, sumar y restar, acertar y errar sin la tensión de acabar, de saberlo todo ya o de haber leído todos los libros. La mi- litancia en la modernidad intelectual —en lo que de más perdurable contiene la modernidad como actividad del pensamiento— es la única militancia estable de cada cosa, que es parte necesaria de su misma manera de ser.12
Será la Revista el espacio determinante en la configu- ración de los usos y valores contemporáneos. Frente a la concepción acertada de intelectual, Ortega presenta una actitud ciertamente perturbadora, por ambigua. Porque más allá de la estela consabida de las mino- rías intelectuales rectoras (una de las inspiraciones
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de la creación de la revista, como bien señaló en un ensayo hoy clásico Evelyne López Campillo,13 era la irrupción, la forja de grupos entrelazados de profe- sionales con capacidad para una transformación na- cional) están sus empresas culturales, su compromiso público y diario, su pisar la calle y saber lo que pasa, lo que se dice, lo que se espera, lo que se anhela; es decir, está una acción política, cultural, pedagógica, activa, constante, innovadora, provocativa, consciente y crítica. Cualquiera de los ejemplos que jalonan esta actividad pública orteguiana (periodismo, revista, editorial, radio) muestra una convicción: la cultura está presente en la fascinante película de Fritz Lang
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Evelyne López Campillo, La Revista de Occidente y la formación de minorías (1923- 1936), Madrid, Taurus, 1972.
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Ibídem.