Page 30 - Hispania nostra
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MANUEL GRACIA RIVAS
Ha querido la presidenta de Hispania Nostra, Araceli Pereda Alonso, que uno de los actos más destacados,
dentro de la conmemoración del 40 Aniversario de la Asociación, fuera una exposición en la que se dieran a conocer los premios concedidos por Europa Nostra a realizaciones españolas pues, no en vano, la historia de estos galardones está íntimamente vinculada a la de Hispania Nostra desde el momento de su creación.
Han transcurrido cuarenta años desde
que, en 1976, surgiera un proyecto ilusionante, encaminado a la defensa del Patrimonio Cultu- ral español. Al frente del mismo se encontraba Carmen Ortueta de Salas, una figura excepcional que supo concitar el interés de un nutrido
grupo de personas en el que destacaba una serie de animosas mujeres, todas ellas pioneras en la manera de entender su compromiso con
la cultura, así como intelectuales provenientes del mundo académico y del ámbito artístico, que fueron quienes sentaron las bases de la naciente Hispania Nostra.
Eran tiempos difíciles, no sólo desde el punto de vista político, sino en relación con la propia forma de entender la protección de nuestro Patri- monio, muchas veces centrada en la singularidad de determinados monumentos. Hispania Nostra abogaba por la importancia de su entorno y su inserción en el medio natural. De hecho, una de sus primeras actuaciones fue su decidida oposi- ción al trazado de la prevista variante de Soria por un lugar tan emblemático como es el de
la hoz del Duero, presidida por la ermita de San Saturio. Desde entonces, esa ciudad castellana quedó indisolublemente unida a la propia esencia de nuestra asociación que, por otra parte, incor- poró a su logotipo la delicada filigrana de
los arcos del monasterio de San Juan de Duero.
Desde el primer momento, Hispania Nostra tuvo una decidida participación en el ámbito interna- cional, contando con la inestimable ayuda
de José María Ballester, desde su puesto de responsable de Cultura y Patrimonio Cultural
y Natural del Consejo de Europa.
Pero, al mismo tiempo, fue tejiendo una amplia
red por todo el territorio nacional, cuyos puntos nodulares estaban constituidos por las distintas asociaciones locales que desarrollaban una activi- dad similar en sus correspondientes ámbitos.
Esa relación, planteada siempre en térmi-
nos de igualdad, tuvo su mejor expresión en la convocatoria anual de una reunión de asociacio- nes que, inicialmente, fue concebida como un foro de participación e intercambio de opiniones, en el que las distintas asociaciones exponían sus problemas y, al mismo tiempo, podían dar a cono- cer sus logros con el propósito de que sirvieran
de modelo y aliento para el resto de los partici- pantes. El hecho de que ya se hayan celebrado treinta y cuatro reuniones viene a demostrar la vigencia de esta iniciativa y el interés concitado.
Pero, además, el contacto con las distintas asociaciones se materializó en una permanente labor de asesoramiento, siempre que fue solici- tada, y en la presencia de miembros de la Junta Directiva de Hispania Nostra en diferentes actos culturales organizados por ellas.
No menos importancia han tenido las visitas organizadas que, además de permitir un mejor conocimiento del Patrimonio Cultural de dife- rentes lugares, sirvieron de nexo de unión con las asociaciones que en ellos desarrollaban su labor. Artífices de ese programa fueron la recor- dada María Dolores Gibert de Gállego y Mervyn Samuel, otra de las personas vinculadas a nues- tra asociación desde los primeros momentos. Una mención especial merecen los ciclos de
28 HISPANIA NOSTRA · 4O ANIVERSARIO