Page 54 - Gaudí. La búsqueda de la forma
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60 GAUDÍ Y LA CONSTRUCCIÓNde la Sagrada Família no presentan, desde el punto de vista de la organización como fábricas, prácticamente ninguna novedad. No era muy usual en la época, aunque tam- poco extraña, la combinación de fábricas muy contrastadas, como sucedía en el cole- gio de las Teresianas, o en la Casa Vicens, con baldosa de cerámica como revestimien- to y mampuesto visto, y elementos parecidos con ladrillo en El Capricho, donde encon- tramos el único aparejo no usual en un muro del jardín.En la segunda etapa, la de madurez, Gaudí mantuvo los materiales tradicionales y al mismo tiempo empezó a incorporar las fábricas, aunque no demasiado, a su creati- vidad más propia, más gaudiniana: los muros del Parc Güell, la fachada de la Casa Milà y, especialmente, la iglesia de la Colònia Güell.La otra fábrica posible, el hormigón armado, no la utilizó nunca (Bassegoda, 1996), aunque durante la segunda mitad de su período de actividad profesional, a partir del año 1900, se convirtió en un procedimiento de construcción normal en edificios más o menos singulares de Europa y también de Barcelona. La única excepción, bastante tardía, se encuentra en el coronamiento de la torre de San Bernabé de la Sagrada Famí- lia (Bonet, 1997).Para completar el repertorio plástico de Gaudí debemos mencionar el revestimien- to con fragmentos de baldosas de cerámica, una especie de mosaico que se denomina habitualmente trencadís y con el cual podía revestir cualquiera de las formas inusua- les que daba a sus elementos.Como ya se ha indicado, Gaudí creó formas nuevas únicamente con los materiales y las fábricas habituales. Pero ¿cómo las hizo? Y, sobre todo, ¿por qué? Veamos pri- mero lo uno y después lo otro.Técnicas y formasGaudí consiguió formas nuevas de la única manera en que podía hacerlo: yendo a la raíz de las técnicas de toda la vida de los albañiles.Con la ayuda de reglas puestas a plomo e hilos extendidos entre ellas, con ladrillos o mampuestos, el albañil levanta paredes o cualquier otro elemento de fábrica. Gaudí introdujo en esa sencilla operación las variaciones que le permitieron llegar, por prime- ra vez en la historia, al repertorio de formas torcidas y regladas. Como decía él mismo, podían construirse muy fácilmente, ya que tan sólo inclinando una de las reglas los albañiles obtenían, sin saberlo, por ejemplo, un paraboloide hiperbólico (fig. 1).Utilizó por primera vez esas formas para realizar elementos de cierto tamaño, como fachadas o bóvedas, en la iglesia de la Colònia Güell, una experiencia que le sir- vió para desarrollar la propuesta formal que superó posteriormente la primera idea neogótica de la Sagrada Família. Sin embargo, también en una obra temprana, el Palau Güell, encontramos esas formas torcidas en algunos lugares: los sombreretes de las sali- das de ventilación y de humos (Nocito, 1997). Organizados a partir de unas reglas geo- métricas complejas, nos revelan a un joven Gaudí geómetra experto y, al mismo tiem- po, capaz de conseguir, mediante unas órdenes sencillas, que sus operarios hicieran formas muy elaboradas. Y, por descontado, lo lograba partiendo de las reglas del buen funcionamiento de las salidas de humos o las ventilaciones (fig. 2).Con la variante de la técnica del tabicado, con la que se hacían las bóvedas de esca- lera, o de cañón, o de Bohemia, conocidas en todas partes como bóvedas catalanas (J.- L. González, 1999a, 2000a; fig. 3), Gaudí creó formas nuevas casi siempre torcidas: la linterna del Palau Güell, las cubiertas de Bellesguard y los pabellones del Parc Güell,Cuatro tablones apoyados en el suelo y en otro tablón inclinado soportan una superficie alabeada (fig. 1)La habilidad del albañil es fundamental para la construcción de una bóveda tabicada (fig. 3)A la derecha:Complejidad geométrica deuna chimenea del Palau Güell (fig. 2)


































































































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