Page 63 - El poder del pasado. 150 años de arqueología en España
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Asistentes destacados al IV Congreso Internacional de Arqueología celebrado en 1929 en Barcelona ( 23-29 Septiembre de 1929 ).
De izquierda a derecha : Ferrandis, Pearson, Lantier, Obermaier, Albertini, Taracena, Álvarez Ossorio, Bosch Gimpera, Thomas, Rodenwalt, Mélida, Pellati y Taramelli.
en el año 1912 mediante la constitución del Protectora- do del norte de Marruecos (Beltrán y Habibi 2008). La estructura de la arqueología española conformada pre- cisamente ese año tuvo reflejo en el Protectorado, pero con su propia singularidad colonial por la influencia de los militares españoles y la presencia de las autorida- des locales representantes del sultán de Marruecos. Así, el 13 de agosto de 1913 se promulgará un decreto del Jalifa de Tetuán para la «conservación de los monu- mentos y objetos artísticos e históricos» y en 1919 se creará la Junta Superior de Monumentos Históricos y Artísticos del Protectorado, aunque sin una efectiva actividad por la falta de recursos y las circunstancias políticas y militares, que llevaron al Desastre de An- nual de 1921. La pacificación efectiva no llegó hasta el año 1927, en que se creó la Junta de Investigaciones Científicas de Marruecos y Colonias, y solo entonces se observa una actividad digna de mención en la figura de César Luis de Montalbán, cuyas principales activida- des fueron las excavaciones de los yacimientos de
Lixus (Larache) y Tamuda (Tetuán) y del dolmen de Mazora, con una actividad potenciada en el período re- publicano por el interés oficial en Marruecos, aunque en general los resultados no fueron insatisfactorios.
Una efímera experiencia
El crucero universitario por el Mediterráneo, en el que coincidieron a bordo del Ciudad de Cádiz tres genera- ciones de arqueólogos y prehistoriadores, puede consi- derarse el símbolo de una época de la arqueología espa- ñola y la culminación de sus anhelos y esperanzas. El crucero fue organizado por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central durante el verano de 1933. El barco zarpó de Barcelona el 15 de junio y rea- lizó el siguiente itinerario: Túnez, Malta, Egipto, Palesti- na, Creta, Rodas, Turquía, Grecia, Italia y Mallorca, has- ta regresar al puerto de Valencia el 1 de agosto. No fue concebido como una «misión arqueológica» al estilo de los viajes del siglo XIX, sino como un acto académico, una «universidad flotante» en la que se alternaban las conferencias y las visitas a museos y yacimientos ar- queológicos con el objetivo de mejorar la formación de los jóvenes universitarios. Era también una embajada cultural de la floreciente Segunda República española, un aparador de la renovación pedagógica del ministro de Instrucción Pública, el socialista Fernando de los
La consolidación de la arqueología moderna ( 1912-1960 )
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