Page 191 - Carlos III. Proyección exterior y científica de un reinado ilustrado
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 CARLOS III: PROYECCIÓN EXTERIOR Y CIENTÍFICA DE UN REINADO ILUSTRADO. 189 ESPACIOS DE UNA EXPOSICIÓN
fortuna tal y como demuestran las versiones que de este retrato hizo el propio Mengs o su taller17, así como los numerosos grabados que la recogen directamente o se ins- piran en ella18. El rey parecía así hacer suyas las palabras dedicadas a su padre en el panegírico que con motivo de su muerte le dedicara la ciudad de Alcalá de Henares (Madrid): “(...) no hay arbitrio ni más honroso ni más seguro para hazer feliz, y res- petable en el Mundo una Monarquía, que ver puesto en el campo al rey mismo que manda con su espada.”19.
Continuando con la exposición y su discurso se trata además de la política mediterránea desplegada en el Norte de África, Marruecos,Trípoli y otros territorios sometidos a la Sublime Puerta. Una política implementada con el fin de minimizar el secular peligro de los ataques berberiscos y la consiguiente captura de cautivos20, a más de conseguir otros beneficios, que fue quedando plasmada con la firma de diversos tratados bilaterales (por ejemplo en los Tratados con Marruecos en 1780 y 1784) [Cat. no 56]21. Una página que, a pesar de su importancia, no siempre ha sido lo suficientemente resaltada. Y que tiene como antecedentes más inmediatos los acuerdos que como rey de Nápoles firmara en 174022. Como evidencias de este inte- rés contamos con la decoración pictórica realizadas por Pedro Pablo Montaña (1749- 1803) en el edificio de la antigua Aduana, hoy sede de la Delegación de Gobierno en Barcelona, y que representa la recepción por parte de Carlos III de varias embajadas enviadas desde el Norte de África23.
De igual forma se analiza la Guerra de los Siete Años (1756-1763), el primer conflicto armado a escala global de los tiempos modernos que desarrolló sus efectos en Europa, América y Asia. En 1762, y entre las consecuencias que tuvo para España la contienda, La Habana y Manila —ciudades llave del comercio hispano en el Atlántico y el Pacífico, respectivamente—, fueron ocupadas durante varios meses por los británi- cos, lo que provocó serios estragos en la economía hispana. Estos y otros acontecimien- tos ocasionaron una toma de conciencia de que las Indias presentaban una problemá- tica propia y que, para conservarlas, era necesario introducir cambios con urgencia.
El apoyo encubierto a la independencia de los Estados Unidos (1776-1783), coaligada con la Francia de Luis XVI, fue otra de las páginas destacadas del papel jugado por España en el panorama internacional del momento24, donde la tensión con la Gran Bretaña vehiculó casi todo el siglo y condicionó profundamente la relación existente entre ambas naciones. El amparo a la independencia de las Trece Colonias, entendido en ese contexto, no partió de la sintonía con sus ideales sino del deseo de atacar los intereses británicos y así debilitarlos. Resulta significativa la percepción recelosa que de este acontecimiento tuvieron desde España personajes de la talla del marqués de Casa Irujo o del mismo conde de Aranda.
De este periodo data por ejemplo la relación entre Benjamin Franklin y Aran- da, representante español en París (1773-1787); así como la correspondencia entre el
17. Anton Rafael Mengs. Retrato
de Carlos III. Ca. 1774. Óleo sobre lienzo. 1,53 x 1,06 cm. Real Sociedad Matritense de Amigos del País (Madrid). Depósito del Museo Nacional del Prado. (Madrid). [P05011].
18. Muy interesante resulta el trabajo de: URREA, Jesús. “De Iconografía Borbónica. Retratos de don Carlos de Borbón (1716-1738)”, en PiNTO, Mario di. I Borbone di Napoli e i Borbone di Spagna. Un bilancio
  Diente de narval. S/a [¿Siglo XViii? O anterior]. Hueso. Colecciones Históricas del ies “El Greco” (Toledo). Cat. no 83.

























































































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