Page 135 - Carlos III. Proyección exterior y científica de un reinado ilustrado
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 LA PROYECCIÓN ULTRAMARINA DE UN REINADO ILUSTRADO 133
posesiones tan alejadas de las costas del Virreinato. En cualquier caso, el programa de Amat se saldaba con el reconocimiento de nuevas islas en el Sur del Pacífico y con la incorporación definitiva de la isla de Pascua al mundo hispánico11.
Al margen de este esfuerzo de exploración marítima, la expansión más allá de las fronteras legadas en tiempos anteriores se completó especialmente con la ocupación de las tierras de la Baja y de la Alta California por la acción combinada de los militares fundadores de presidios y de los franciscanos fundadores de misiones. Tras la coloni- zación de la Baja California, se produjo la instalación española en las tierras de la Alta California, donde la expedición militar de Gaspar de Portolá (1769) permitió el avan- ce de los franciscanos de fray Junípero Serra y la fundación de las misiones de San Diego (1769) y San Carlos o Monterrey (1770). Más adelante, las dos expediciones emprendidas desde Arizona por Juan Bautista de Anza consiguieron, primero, el esta- blecimiento de la necesaria comunicación entre el interior y la costa y, después, la fundación de San Francisco (1776), a la que seguiría la de Los Angeles (1781), mo- mento cenital de la expansión, puesto que la sublevación de los yumas clausuró ese mismo año la ruta terrestre, salvo para las expediciones de índole militar. No obstante, para esas fechas California se había incorporado también de modo definitivo al mun- do hispánico. Del mismo modo, las autoridades hispanas ocuparon nuevos territorios en la provincia de Texas, cuya capital fue definitivamente fijada en San Antonio (1773), mientras se procedía a la fundación de la ciudad de Nuestra Señora del Pilar (1774), cuyos habitantes, acuciados por los comanches, se trasladarían más tarde a Nacogdo- ches (1779), que se convertiría en el puesto más avanzado en el rumbo oriental12.
4 LA REFORMA DE LA POLÍTICA ECONÓMICA Y ORGANIZACIÓN COMERCIAL EN LA AMÉRICA ESPAÑOLA
El sistema indiano (y el conjunto de la economía) requería para su buen funciona- miento de la solidez del sistema hacendístico. En este terreno la novedad administra- tiva más importante fue la creación del cargo de superintendente general subdelega- do de la Real Hacienda, cuyos titulares, instalados en Lima, Buenos Aires y México, se ocuparían de todas las cuestiones fiscales, segregándolas de las atribuciones de los virreyes, que hasta ahora las habían venido detentando13.
La política económica para América se centró en primer lugar en el sector de la economía de exportación en general y en la industria minera en particular. En conse- cuencia, las medidas más importantes afectaron a la minería de la plata mexicana, cuyo poderoso empresariado se vio beneficiado por la implantación del Tribunal de Minería (1777), la promulgación de las Ordenanzas de Minería (1783) y la creación del Colegio de Minería (1783), destinado a impulsar el progreso tecnológico en el ramo14.
La organización comercial conoció a lo largo del reinado una serie de medidas signadas por el común denominador de la liberación del tráfico entre la metrópoli y
11. MEllÉN BlANCO, Francisco. “Expediciones al Pacífico Sur en el virreinato de Amat, 1770-1776”, en RODAO, Florentino (coordinador). España y el Pacífico. III Jornadas sobre Filipinas e Islas del Pacífico. Madrid: Instituto de Cooperación para el Desarrollo, 1989, pp. 131-151.
12. HilTON, Sylvia L. La Alta California Española. Madrid: Editorial Mapfre, 1992.
13. ESCOBEDO, Ronald. “Las reformas de Carlos III y la reestructuración de la Hacienda americana”. Quinto Centenario (Madrid). 8 (1985),
pp. 61-82; PiEPER, Renate. La aportación americana a la Real Hacienda española en la segunda mitad del siglo XVIII. Alcalá de Henares: Universidad de Alcalá de Henares, 1990.
14. BRADiNg, David A. Mineros
y comerciantes en el México borbónico (1763-1810). México: Fondo de Cultura Económica, 1975. Para Perú, FiSHER, John R. Minas y mineros en el Perú colonial, 1776- 1824. Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1977.






















































































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