Page 110 - Carlos III. Proyección exterior y científica de un reinado ilustrado
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 3. KEMNiTZ, Eva M. von. Portugal e o Magrebe (séculos XVIII/XIX). Pragmatismo, inovação e conhecemento nas relações diplomáticas. Lisboa: Ministério dos Negócios Estrangeiros, 2010.
4. Les Lumières et la solidarité internationale. Dijon: Éditions Universitaires, 1997, pp. 101-111.
5. BENAFRi, Chakib. “Las relaciones entre España, el imperio otomano y las regencias berberiscas en el siglo XViii, 1759-1792”. Revue d’Histoire Maghrébine (Túnez). 75-76 (1994), pp. 279-285.
6. VilAR, Juan Bautista; Ramón LOuRiDO. Relaciones entre España y el Magreb, siglos XVII y XVIII. Madrid: Mapfre, 1994; ARRiBAS PAlAu, Mariano. Las relaciones hispano magrebíes en el siglo XVIII. Selección de estudios. Edición Ma V. AlBEROlA FiORAVANTi. Madrid: AECiD, 2007.
7. ViguERA MOliNS, Ma Jesús. “L’Escurial, le rêve d’une bibliothèque universelle: le cas des manuscrits arabes”, en COCulA, A.-M.; M. COMBERT (editores). Château, Livres et Manuscrits. Rencontres d’Archéologie et d’Histoire en Périgord. Burdeos: Ausonius Éditions & De Boccard, 2006, pp. 23-39, especialmente las pp. 29-30, notas número 18-21.
8. Madrid: Siruela, 2005.
9. ARAVAMuDAN, Srinivas.
Enlightenment Orientalism: Resisting the Rise of the Novel. Indiana: Indiana University Press, 2011.
10. VARANi, Giovanna. “Leibniz und der Islam: Die Betrachtung des Korans als erster Ansatz zu einer Kulturbegegnung im 17. und 18. Jahrhundert”. Studia Leibnitiana (Stuttgart). 40 (2008), pp. 48-71.
Las Luces requerían ilustrarse en nuevos horizontes, por argumentos sabios y prácticos. En esta onda, el XViii trajo también a España una apertura hacia lo árabe, en convergencia con la mayoría de las naciones de Europa, resultando interesante nuestra comparación con lo sucedido en Portugal, donde asimismo estuvo al-Anda- lus, compartiendo nuestras sociedades algunos paralelismos ideológicos3.
1 ATENCIÓN Y APRECIO FRENTE A PREVENCIÓN Y CONTROL
Con la Ilustración se ampliaron los objetivos del saber, desde los afanes polémicos y misioneros de la Iglesia hasta el campo mayor de los conocimientos civiles sobre las culturas del mundo; también sobre lo árabe y lo araboislámico. El XViii trajo nuevos razonamientos y actitudes, muy conocidos en general y también sobre el “orientalis- mo”, a través de numerosas publicaciones entre las que destaco la densa presentación de Ann Thomson, “L’Europe des Lumières et le monde islamique”4. Eran novedosas mentalidades y acciones, comunes a los medios científicos europeos, receptores aho- ra de un decidido apoyo por parte de los Poderes públicos, volcados en intervenciones más dinámicas respecto a los Estados islámicos, como manifiestan las relaciones de España con la enorme potencia de Turquía5, y de forma sobresaliente con Marruecos6, pues los contactos entre Borbones y ´Alawíes alcanzaron las mejores sintonías entre dos soberanos de similares cualidades y gobierno, como fueron Muhammad III (sul- tán de Marruecos entre 1757-1790) y Carlos III (rey de España entre 1759-1788), cuyos tratos incluyeron también aspectos culturales, entre ellos la atención sobre los manuscritos árabes7.
El comienzo del espíritu ilustrado coincide con el final de la presión turca sobre el centro de Europa, reduciéndose las tensiones tanto políticas como psicoló- gicas; la religión ya no resultaba escollo tan peligroso. No fue un síntoma baladí que, entre 1704 y 1717, aparecieran los doce tomos de la traducción francesa, por Antoi- ne Galland (1646-1715), profesor de árabe en el Collège de France, de Las Mil y Una Noches, introducidas “en la cultura doméstica de Occidente”, como bien resal- ta Luis Alberto de Cuenca en su preciosa introducción a la Historia de Aladino o la lámpara maravillosa8. Una afición generalizada por las creaciones literarias árabes, no sólo mero exotismo sino recurso a veces autocrítico9, fue en aumento durante aquel siglo, que casi se cierra con otra obra clave para apuntalar las sensibilidades europeas: la traducción por William Jones (1746-1794) de selectas poesías árabes, persas y turcas bajo el título de Poeseos Asiaticae, ofreciendo un nuevo rumbo al eurocentrismo. La racionalidad del siglo de las Luces permitió apreciar la aportación de las demás religiones o civilizaciones, y esto lo proponían figuras estelares, como Gottfried Wilhelm Leibniz10 (1646-1716), el barón de Montesquieu11 (1689-1755), Voltaire12 (1694-1778), que además elogian lo de allá como contraste reflexivo sobre su sociedad europea.
MARÍA JESÚS VIGUERA MOLINS 108





















































































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