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La misión en las Marianas
Francis Hezel Micronesian Seminar
Las islas que más tarde pasarían a conocerse como las Marianas fueron las primeras con las que se topó Ma- gallanes durante su histórico periplo por el Pacífico en 1521. Durante una breve escala en Guam en marzo de ese mismo año, Magallanes y su famélica tripula- ción recibieron a decenas de isleños a bordo de sus tres navíos, antes de que se iniciara un combate. Este sería el primer contacto entre las islas del Pacífico y Occidente. Sin embargo, aunque fue el viaje de Ma- gallanes el que colocó las islas del Pacífico en el mapa occidental, fue Miguel de Legazpi quien, en 1565, las proclamó oficialmente posesión española. Tras la vi- sita de Legazpi, se creó la ruta del galeón de Manila, donde la isla de Guam servía como parada de apro- visionamiento cada año. Aún transcurriría otro siglo hasta que España estableció finalmente una presencia permanente en el archipiélago.
1. La llegada de los primeros misioneros
En junio de 1668, seis jesuitas españoles liderados por el padre Diego Luis de San Vitores llegaron a Guam para fundar la primera misión en estas islas. El acon- tecimiento supuso todo un hito, pues se trataba de la
primera misión que se establecía en el Pacífico1. Sin em- bargo, el proceso para llegar hasta allí no fue sencillo. Cinco años estuvo San Vitores, cuyas conexiones fami- liares le otorgaban acceso directo a la Corte española, solicitando permiso y financiación para la misión a la reina regente Mariana de Austria. Cuando se concedió la autorización, a pesar de la resistencia del goberna- dor de Filipinas, por cortesía con la regente se decidió bautizar las islas con su nombre (García, 2004: 140-143) (Figura 28).
Los jesuitas no fueron acompañados por las tropas que solían asignarse para proteger a los misioneros en las zonas recién colonizadas. San Vitores, confiando en la amabilidad de los isleños, anunció que no había necesi- dad de un destacamento militar y, de hecho, argumentó que llevarlo crearía más problemas de los que resolvería. Por el contrario, seleccionó a 31 voluntarios seglares, una mezcla de filipinos y criollos traídos desde México, para que ayudaran a los sacerdotes y les brindaran protección. Este abigarrado grupo, que se denominaría Escuadrón Mariano, estaba compuesto por dos niños de doce años,
1 El siguiente esfuerzo misionero, iniciado por los británicos, aún tardaría un siglo en llegar.
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