Page 69 - Barbieri. Música, fuego y diamantes
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BARBIERI, «MÚSICO Y COPLERO»: REFLEXIONES SOBRE SU TEATRO MUSICAL 73
Portada de la zarzuela Los diamantes de la corona, 1854. BNE [cat. 73].
El personaje de Catalina en el estreno de la versión francesa de Los diamantes de la corona. Colección particular.
  Además de este espíritu de trabajo, el compositor posee un fuerte carácter empren- dedor, siempre desarrollando nuevas iniciativas en asociación con colegas y amigos, para las que empeña, incluso, su patrimonio personal. Entre las más relevantes destaca la creación de la Sociedad Lírico Española (1850), que inicia la Zarzuela grande pri- mero en el Teatro del Circo y luego en el de la Zarzuela, coliseo levantado en 1856 por los miembros de dicha sociedad con el patrimonio reunido gracias al cultivo del género lírico; la organización en 1859 de los Conciertos Cuaresmales en el coliseo de la Zarzuela, o la fundación en 1866 de la Sociedad de Conciertos de Madrid, primera orquesta estable de nuestro país de la que, además, se convierte en primer director.
Su continua actividad como gestor y empresario teatral le hace bajar continuamente de las musas al teatro, enfrentándose directamente con el día a día de una compañía teatral, acrecentando aún más su natural sentido práctico que pronto entiende la necesidad de responder, en la medida de lo posible, los gustos del público. No en vano, en uno de sus «bocetos musicales» de El Imparcial, Peña y Goñi afirma ya en marzo de 1874, que Barbieri «conoce al público como nadie; sabe que el público de la zarzuela no es dado a llorar y le hace reír».






























































































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