Page 28 - Barbieri. Música, fuego y diamantes
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BARBIERI. MÚSICA, FUEGO Y DIAMANTES
   Retrato de Cándido Nocedal, 1885. BNE [cat. 16].
Carta de Nocedal a Barbieri, 12-10- 1867. BNE [cat. 17].
¡O Sanctíssima!: motete a la Virgen,
de F.A. Barbieri. Madrid, Andrés Vidal, 1877. BNE, MP/1288/36.
Página siguiente: Miembros fundadores de la Sociedad del
Teatro del Circo. De izquierda a derecha, arriba: Joaquín Gaztambide, Francisco Sales, Luis de Olona y Rafael Hernando; abajo: Cristóbal Oudrid, Francisco Barbieri y José Inzenga. Emilio Casares Rodricio, Historia gráfica de la Zarzuela: los creadores, Madrid, ICCMU, 2003.
el pensamiento reformista sobre la música española, pensamiento que alimenta la si- guiente generación, la de Jesús de Monasterio, Ocón, Pedro Miguel Marqués, Teo- baldo Power, Ruperto Chapí, Tomás Bretón, Emilio Serrano, Federico Chueca y Felipe Pedrell y que dará sus mejores frutos en la de Falla».
Dentro del grupo es Barbieri, sin ningún género de dudas, la figura fundamental dado que recoge las mejores cualidades del movimiento romántico: la preparación in- telectual, la comprensión de Europa, el conocimiento de nuestra historia musical y las causas que habían llevado a la debacle musical española, junto a un fuerte espíritu de lucha, ese «fuego» al que nos referimos en esta exposición, capaz de realizar el cambio.
Ya aludimos a ello al comienzo del artículo. Barbieri es definible como composi- tor romántico en varios sentidos y quizás el primero y primordial es que cumple con ese perfil peculiar del que habla Einstein en su obra La música en la época román- tica, cuando se refiere a «la nueva versatilidad del artista»23, es decir, a la prepara- ción intelectual del músico romántico.
Barbieri está claramente unido al segundo romanticismo que nace en torno a las revoluciones de 1848. Primero, por cronología, pero sobre todo por esa dedicación casi exclusiva al teatro como única forma de expresión, como lo estuvieron Verdi y Wagner, pero también por esa preocupación por desentrañar la lejana historia mu- sical española como fundamento de una restauración que hiciese posible una escuela propia. No hubiese sido posible la figura de Barbieri sin la conciencia clara de la si- tuación que le rodeaba, sin un entendimiento de la situación de la España del mo- mento que abarca la comprensión del estado de nuestra música, pero también el de la política y la sociedad en general. Esta conciencia es la que impulsa toda su labor reformista y restauradora, su lucha sin cuartel por mejorar la situación musical de su nación, por sacarla del gran atolladero en que se hallaba.
23
A. Einstein: La música en la época romántica, Madrid, Alianza Editorial, 1986, p. 34.





















































































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