Page 76 - Anuario AC/E de cultura digital 2018
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de contenido nunca vista, que impulsa las selec- ciones emocionales de contenido. El resultado ha sido la superación de la clasificación tradicional de géneros (como terror, drama, comedia o película familiar) en favor de las más de 80 000 categorías11 que Netflix tiene para indexar el contenido (como «Dramas con un sólido perso- naje femenino», «Películas para olvidar a tu ex» o «Perros verdes e inadaptados»).
Estos procesos se aplican, con dinámicas muy parecidas, a la selección de imágenes con las que Netflix presenta el contenido dentro de su plataforma, que es dinámica y personalizada. Lo que se pretende es elegir el estímulo visual más eficiente, para impulsar los visionados en cada target específico. ¿Cómo? Destacando en cada máscara de programa12 aquellos aspectos que resulten más atractivos a cada perfil de usuario, ya sean protagonistas concretos, escenas, com- posiciones, etcétera. Este es un proceso muy útil en el caso de programas con audiencias muy heterogéneas.
Interfaces de Netflix. Ejemplo de las diferentes combinaciones gráficas bajo las cuales puede aparecer presentada a los usuarios la serie Stranger Things. Fuente: Netflix Tech Blog.
Spotify es otro buen ejemplo de empresa que
ha invertido en ir más allá de las categorías estancas tradicionales en la música que gestiona. Su proyecto Echo Nest13 analiza las canciones usando criterios como su acústica, tempo, ritmo, cadencia o cómo son de bailables.
Anatomía del usuario
¿Qué controla Netflix cada vez que nos conecta- mos al servicio? A partir de la información difundida por trabajadores de la compañía en presentaciones públicas, entrevistas, artículos y posts en su Tech Blog, podemos concluir que Netflix monitoriza información muy diversa y transversal (Fernández-Manzano; Neira; Cla- rés-Gavilán, 2016). Por ejemplo, el tipo de conte- nido reproducido y descartado; las características de la reproducción (si se ha realizado a ritmo normal, si se ha avanzado, retrocedido, pausado o abandonado); la intensidad de la reproducción (frecuencia y número de horas de streaming por sesión); la valoración que el usuario le otorga al contenido (pulgar arriba o abajo); el tipo de dispositivo desde el que se accede; los caminos que sigue el usuario y las búsquedas realizadas dentro de la aplicación; el día y la hora; la ubica- ción del contenido que se decidió reproducir o se descartó, y cuestiones tecnológicas, como el tipo de conexión, el funcionamiento óptimo del buffer, etcétera.
Imagen (ficticia) de un dashboard de Netflix en el que pueden verse las rutas de navegación seguidas por los usuarios, tasas de error y otros indicadores clave, que se actualiza casi en tiempo real. Fuente: Netflix Tech Blog.
Como se indicaba más arriba, los servicios basados en el modelo Netflix nos unen con los contenidos a través de algoritmos, operaciones que buscan simplificar el encuentro entre oferta
           IMPACTO DEL MODELO NETFLIX EN EL CONSUMO CULTURAL EN PANTALLAS · ELENA NEIRA
Tendencias digitales para la cultura























































































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