Page 71 - 100 años en femenino
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radicales en ese momento: matrimonio civil, legalización del divorcio y derecho al aborto. Con la victoria franquista en 1939 se abolirán hasta la transición democrática.
En la zona sublevada se impone desde el principio de la gue- rra una sociedad militarizada. La guerra se considera una cruzada contra la que se presenta como anti-España por su laicismo, interpretado como ateísmo a secas. El giro que hemos apuntado más arriba hacia un integrismo tradicio- nal dentro de la Iglesia católica se irá agudizando durante la Segunda República. El aparato estatal utilizará el catoli- cismo como categoría de análisis exclusiva y omnisciente de la realidad política y social. En este contexto, cualquier otra dimensión ideológica en la política española se considera- ba anatema. Y es así como los sublevados se autoproclaman españoles auténticos, guardianes de la tradición nacional y el catolicismo. De este modo se empieza a forjar un dis- curso nacionalcatólico que fusionó una vez terminada la contienda los valores ultranacionalistas de Falange con el catolicismo conservador de la jerarquía eclesiástica. Pla i Deniel, obispo de Salamanca, afirmaba en la pastoral «Dos ciudades», el 30 de septiembre de 1936, mes y medio des- pués del alzamiento, que «los comunistas y los anarquistas eran los Hijos de Caín». Fray Ignacio G. Menéndez Reigada declaraba que «el alma española es naturalmente cristiana [...] apenas se puede separar ni distinguir lo que tenemos de españoles de lo que tenemos de cristianos».34 Lo más signifi- cativo de estas declaraciones es que no representaban nada nuevo, sino que encontraban sus raíces en el integrismo católico decimonónico.
La Junta Militar de Burgos, bajo la dirección exclusiva de
Franco, comienza a armar el nuevo aparato franquista inme-
diatamente. La Sección Femenina de FET y de las JONS se
encarga de organizar a las mujeres de la zona sublevada.
Había nacido en 1934, un año después de que se creara Falan-
ge en un encuentro público en el Teatro de la Comedia de
Madrid. Su líder, José Antonio Primo de Rivera, era hijo del
que fuera dictador, general Primo de Rivera (1923-1930). La
dirección de la Sección Femenina queda en familia también,
a cargo de Pilar Primo de Rivera hasta 1977, cuando se trans-
forma en Asociación Nueva Andadura. Solo muy pocas muje-
res, todas universitarias y familiares o amigas de Pilar, se
34—Véase Luis Suárez Fernández, Crónica de la Sección Femenina y su tiempo, Asociación Nueva Andadura, Madrid, 1993.
Friedfeld
Cartel del Primer Congrés Nacional de la Dona
1936
Biblioteca del Pavelló de la República. Universitat de Barcelona
72—Aurora Morcillo Gómez Españolas: femenino/nismo plural (1900-1940)