Page 61 - 100 años en femenino
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El año 1918 será decisivo para la creación de organizaciones en defensa de sus derechos cívicos. En Madrid se crea la Asociación Nacional de Mujeres Españolas (ANME), liderada por María Espinosa e integrada, entre otras, por Clara Campoamor, Elisa Soriano, María de Maeztu y Victoria Kent. El primer manifies- to de ANME, «A las Mujeres Españolas», demanda igualdad de derechos jurídicos, políticos y económicos. Junto a esta aso- ciación surgen múltiples agrupaciones en diferentes zonas de España. En Valencia, la Liga para el Progreso de la Mujer, junto con la Sociedad Concepción Arenal; en Barcelona aparecen La Progresiva Femenina y La Mujer del Porvenir.15
Destaca también la Cruzada de Mujeres Españolas, dirigi- da por Carmen de Burgos, y que protagonizará la primera manifestación en favor del voto femenino en Madrid, en mayo de 1921.
Junto al asociacionismo de signo progresista surgirán una serie de organizaciones conservadoras católicas que propon- drán su propia agenda feminista. Entre las líderes de este movimiento destaca la pionera Concepción Gimeno de Fla- quer, como progenitora del tipo de feminismo que iban a defender las mujeres de ACM en los años veinte. Gimeno de Flaquer afirmaba la igualdad entre los sexos desde los presu- puestos cristianos, lo que la llevaba a afirmar, por ejemplo, que «la evolución feminista es la continuación del cristianis- mo». Las ideas que promueve en sus escritos Gimeno de Fla- quer están íntimamente enraizadas con los principios propuestos por Concepción Arenal: derecho de las mujeres a la educación y a un trabajo digno, aunque no a la participa- ción política. Siguiendo esta línea se entiende que María de Echarri afirmara: «El feminismo posible, razonable, en Espa- ña, debe ser netamente católico». 16 Igualmente importante es la contribución de varios hombres, como el agustino Gracia- no Martínez, que afirma: «La misión sociológica suprema de la mujer es la maternidad [...] Pero la mujer tiene otra misión suprema [...] la de vivir su vida moral e intelectual. El hijo no lo es todo para la mujer y por encima del hijo están el propio perfeccionamiento y la salvación de su alma».17 Entre 1914 y 1921, bajo el papado de Benedicto XV, habrá un impulso por parte de la Iglesia para animar a la participación social de la mujer. Ese catolicismo social se encauza de manera impor- tantísima en España a través de Acción Católica de la Mujer.18 Es precisamente en el campo del catolicismo social donde podemos encontrar una fórmula española de feminismo mili-
62—Aurora Morcillo Gómez Españolas: femenino/nismo plural (1900-1940)