Page 56 - 100 años en femenino
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 Cartel publicitario de máquinas de coser Singer
1890
Colección Carlos Velasco, Madrid
educación de las mujeres y por ende su naturaleza de infe- rioridad respecto al varón. El Congreso Pedagógico Hispano- Portugués se celebró en Madrid en 1892, y Concepción Arenal y Emilia Pardo Bazán intervinieron en defensa del acceso de las mujeres a la educación superior. Arenal presentó una ponencia en la que apuntaba:
Es un error grave y de los más perjudiciales inculcar a la mujer que su misión única es la de esposa y madre; equivale a decirle que por sí no puede ser nada y aniquilar en ella su yo moral e intelectual.6
Emilia Pardo Bazán presentó también una ponencia titula- da «Relaciones y diferencias entre la educación de la mujer y la del hombre» en la que afirmaba:
La primera conclusión que someto a discusión y votación del Congreso es teórica: aspiro a que reconozcáis que la mujer tiene destino propio y que su felicidad y dignidad personal tie- nen que ser esencia de su cultura y que por consecuencia está investida del mismo derecho a la educación que el hombre. La segunda conclusión es práctica: propongo que en todas las naciones y sobre todo en España [...] se abra a la mujer sin dilación el libre acceso a la enseñanza oficial y consecuen- temente se le permita ejercer las carreras y desempeñar los puestos a que le den opción sus estudios y títulos académicos ganados en buena lid.7
La educación es prioridad fundamental en el discurso políti- co progresista y de modernización español, sobre todo si se tiene en cuenta que el porcentaje de analfabetismo femenino en 1900 ascendía a un 70 % y solo quince mujeres tenían una licenciatura.8 Al socaire de las transformaciones extranjeras, el debate en torno a la cuestión de la mujer irá paulatinamen- te convirtiéndose en una discusión acerca de si el feminismo, aún un movimiento concebido como foráneo, es bueno o no para las españolas a la vuelta del siglo xx. Sin embargo, en esa época no podemos hablar de una mujer española con mayús- culas, sino más bien de un femenino plural separado por la doble moral católica y las penurias económicas. Es por eso que se puede hablar del retraso del movimiento feminista espa- ñol, como movimiento social amplio. Lo que sí existe desde
6—María Isabel Cabrera Bosch, «Las mujeres que lucharon solas: Concepción Arenal y Emilia Pardo Bazán», en Pilar Folguera (coord.), El feminismo en España, Madrid, Fundación Pablo Iglesias, 1988, pág. 38.
7—Ibíd., pág. 39.
8—En 1870, solo un 9,6 % de las mujeres españolas sabía leer y escribir. Citado en Maria Aurèlia Capmany, op. cit., pág. 35. Sobre Margarita Nelken véase Robert Kern, « Mar- garita Nelken: Women and the Crisis of Spanish Politics», en Jane Slaughter y Robert Kern (eds.), European Women on the Left. Socialism, Feminism, and the Problems Faced by Political Women, 1880 to the Present, Londres, Greenwood Press, 1981, pág 148.
57—Aurora Morcillo Gómez Españolas: femenino/nismo plural (1900-1940)























































































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