Page 217 - 100 años en femenino
P. 217

gran público: ahí están los de Montserrat Caballé o Teresa Berganza, y el de la pianista Alicia de Larrocha.
En el mundo del teatro, la presencia de la mujer como ac- triz ha sido constante, aunque no siempre ha sido respetada. Quizá fue María Ladvenat, «la Divina», una de las prime- ras actrices en lograr el reconocimiento por parte incluso de personajes tan exigentes como Jovellanos. A lo largo del siglo xix se consolida el papel de las actrices como gran- des damas de la escena y de la cultura. Son mujeres que no solo conocen los textos clásicos sino que se codean con los grandes escritores e intelectuales de la época, aportando, además, un modo de vivir que rompe las convenciones, afir- mándose como mujeres libres. Ese modelo es también el de las grandes actrices de la primera mitad del siglo xx, como María Guerrero (1867-1928), primera actriz del Teatro Es- pañol y una de las más famosas de todos los tiempos. En su compañía se formó otra de las grandes de la época, Cata- lina Bárcena60 (1896-1978), de origen cubano, que triunfó en los escenarios con obras de Galdós, Eduardo Marquina, Benavente o Arniches. Una actriz muy vinculada a la gene- ración del 27 fue Margarita Xirgu (1888-1969), exiliada tras la guerra a Uruguay, donde murió después de tomar la na- cionalidad uruguaya; una de las actrices lorquianas por ex- celencia, estrenó algunas de las obras más importantes del poeta andaluz, como La zapatera prodigiosa, Yerma o Doña Rosita la soltera, y reestrenó en 1935 uno de los grandes éxitos del teatro lorquiano, Bodas de sangre, porque el es- treno, en la gira triunfal por América, lo había realizado en Buenos Aires dos años antes otra de las grandes actrices de la época, Lola Membrives (1888-1969). De origen argentino, hija de emigrantes españoles, representó con enorme éxito a Benavente y a los clásicos españoles. También cabe citar a María Fernanda Ladrón de Guevara (1897-1974), alumna de la actriz María Tubau, que debutó en la compañía de María Guerrero con la obra La Malquerida, de Benavente, y fue madre de otra gran actriz, Amparo Rivelles.
También muy vinculada a la generación del 27, amiga de Lor- ca y amante de Ignacio Sánchez Mejías, Encarnación López Júlvez, «la Argentinita» (1895-1945), hija de emigrantes espa- ñoles en Argentina y hermana de la también bailarina y co- reógrafa Pilar López Júlvez, llevó el flamenco, el tango, las bulerías y los boleros por los mejores teatros del mundo. Al igual que Pastora Imperio (1889-1979), bailaora y cantaora se-
218—Mar García Lozano Rutas ignoradas. Mujeres en la literatura y en la música del siglo XX































































































   215   216   217   218   219