Page 179 - 100 años en femenino
P. 179

 maridos, como Eva Aggerholm; y aquellas que, a pesar de su dominio técnico, no habían llegado a integrarse en las van- guardias, como Julia Minguillón (1907-1965), primera mujer que obtiene una medalla de primera categoría en la restaura- da Exposición Nacional de Bellas Artes en 1941. En conjun- to, bien expulsadas del medio artístico o bien «consentidas y ninguneadas» por un sistema que valoraba las posiciones más tradicionales y retardatarias –lo que, más que potenciar la presencia de las mujeres en el arte, taponó sus expectati- vas precedentes–, las artistas pasaron a un plano de subordi- nación, cuando no de segregación.
Una situación de involución social que, si bien padecerían todas mujeres en Occidente tras la Segunda Guerra Mun- dial, explica, en el terreno artístico, la aparición de exposi- ciones segregadas «de mujeres». En 1947, Carmen Álvarez de Sotomayor, Mariana López Canci, Julia Minguillón y Marisa Roësset son seleccionadas para la exposición organizada por el Women International Art Club, celebrada en Londres y en la que también participan, por ejemplo, Laura Knight y Sonia Delaunay. El origen del WIAC se halla en el Club de París, fundado en 1899 por un puñado de artistas en un estudio parisino cuando la mayoría de las mujeres no podían parti- cipar en las actividades profesionales. El hecho de que estas iniciativas volvieran a reeditarse muestra la conciencia del retroceso de las «amazonas de las vanguardias». En España, tras la travesía del desierto de la posguerra, esta misma sen- sibilidad provocará la aparición del Salón Femenino de Arte Actual, del que se celebran en Barcelona diez ediciones desde 1962 hasta 1971 y que actúa como telón de fondo, en sordina, de una década a lo largo de la cual comienza a emerger una nueva generación de artistas independientes, vinculadas a los nuevos lenguajes y propuestas del arte contemporáneo.
El Salón Femenino surge como reacción ante la desigualdad que padecen las mujeres en el sistema artístico. Al final de los años cincuenta, el promedio de las artistas en galerías y salas madrileñas que expusieron durante aquella década apenas alcanzaba el 8 %. Y solo tres mujeres entre 147 artis- tas lograron ver su obra colgada en el Museo Nacional de Arte Contemporáneo. Estas cifras en franco retroceso con- trastaban además con el importante cambio que se estaba dando en la formación en las Escuelas de Bellas Artes: si en 1953 las mujeres cubrían ya el 30 % de su matrícula, pasarían a ser el 50 % de los licenciados en la década de los sesenta.
Ángela García Codoñer
Recortable (serie Misses)
1974
Colección de la artista ©Rocco Ricci
180—Rocío de la Villa Artistas y arquitectas españolas entre los feminismos, desde 1900 a hoy



























































































   177   178   179   180   181