Esta exposición colectiva que toma como punto de partida la timidez de la copa de los árboles, un fenómeno natural mediante el cual cada árbol define un límite en el crecimiento de su copa, facilitando una armonía en el dosel forestal que hace que las especies coexistan fuera de competencia. De entre las posibles respuestas alrededor de esta consciencia de los árboles sobre los límites de su crecimiento, una de ellas tiene que ver con su capacidad para el intercambio de señales químicas, lo que les provee de un sistema de comunicación entre ellos que deja pasar la luz pero bloquea el acceso a los elementos dañinos para la supervivencia del conjunto. La observación poética de este fenómeno, además de cuestionar algunas lecturas hegemónicas alrededor de la naturaleza, nos ofrece un diálogo con nuestra contemporaneidad y la urgencia de imaginar un sistema basado en las sinergias y no en la supervivencia del más fuerte.
Desde el potencial de esta metáfora, esta exposición reúne prácticas artísticas que fomentan o visibilizan nuevos escenarios para vivir juntos en el mundo y aprender los unos de los otros desde la alteridad y la diferencia. Se pretende así revisar desde el arte el concepto de comunidad, contribuyendo a un entendimiento más amplio de lo común sin dejar de lado el conflicto, la inestabilidad o la utopía. Para ello, se propone una aproximación a la naturaleza más flexible y distorsionada, poniendo en valor metodologías de investigación y aprendizaje más intuitivas y poéticas.