El Proyecto PRAXIS surge de buscar el concepto de “conducta de la buena o mala acción en el ser humano”.
Es un concepto filosófico que procede del término griego PRAXIS y responde a una visión estética basada en una clasificación libre de los universales “siete pecados capitales”. Fue desarrollándose de forma intuitiva y sobre la base de un trabajo interdisciplinar que engloba técnicas diversas (pintura, grafito, yesos, cerámicas, sal y material en video instalación).
Los siete elementos perturbadores: 1. Lujuria, 2. Gula, 3. Avaricia,4. Pereza, 5. Ira,6. Envidia y 7. Soberbia, adquieren en este proyecto una gran diversidad iconográfica, apareciéndose bajo formas aleatorias en cabezas de pájaro, bustos irregulares, puntos y círculos infinitos……etc.
El símbolo del círculo es el eje conductor del proyecto ya que toma un papel de guía divino tornándose en la figura del alma en lo concerniente al lado espiritual y celestial de los siete pecados capitales en el ser humano y sintetizando su relación mística en el devenir de la vida y en el transcurso del tiempo. El círculo se une a la presencia del número siete «como signo del pensamiento, espiritualidad, conciencia y sabiduría». Es la más alta representación de lo sagrado: Mágico y Divino.
Es un concepto filosófico que procede del término griego PRAXIS y responde a una visión estética basada en una clasificación libre de los universales “siete pecados capitales”. Fue desarrollándose de forma intuitiva y sobre la base de un trabajo interdisciplinar que engloba técnicas diversas (pintura, grafito, yesos, cerámicas, sal y material en video instalación).
Los siete elementos perturbadores: 1. Lujuria, 2. Gula, 3. Avaricia,4. Pereza, 5. Ira,6. Envidia y 7. Soberbia, adquieren en este proyecto una gran diversidad iconográfica, apareciéndose bajo formas aleatorias en cabezas de pájaro, bustos irregulares, puntos y círculos infinitos……etc.
El símbolo del círculo es el eje conductor del proyecto ya que toma un papel de guía divino tornándose en la figura del alma en lo concerniente al lado espiritual y celestial de los siete pecados capitales en el ser humano y sintetizando su relación mística en el devenir de la vida y en el transcurso del tiempo. El círculo se une a la presencia del número siete «como signo del pensamiento, espiritualidad, conciencia y sabiduría». Es la más alta representación de lo sagrado: Mágico y Divino.
