Nacido en una familia de clase media, Pérez Galdós se traslada a Madrid en 1862 para estudiar derecho, pero pronto abandona sus estudios y se dedica al periodismo. Tras el éxito de su primera novela, "La fontana de oro" (1870), comienza una serie de novelas que relatan la historia de España desde la batalla de "Trafalgar" (1805) hasta la restauración de los Borbones en España (1874). El ciclo completo de 46 novelas llegaría a conocerse como los "Episodios nacionales" (1873–1912). En estas obras, Galdós perfeccionó un tipo único de ficción histórica que se basó en una investigación meticulosa utilizando memorias, artículos de periódicos antiguos y relatos de testigos presenciales. Las novelas resultantes son relatos vívidos, realistas y precisos de los acontecimientos históricos.
En la década de 1880 y los 90, Pérez Galdós escribió una larga serie de novelas sobre la España contemporánea, comenzando con "Doña Perfecta" (1876). Conocidos como las "Novelas españolas contemporáneas", estos libros fueron escritos en el apogeo de la madurez literaria del autor e incluyen algunas de sus mejores obras, en particular "La desheredada" (1881)) y su obra maestra "Fortunata y Jacinta" (1886–87), un estudio de dos mujeres infelizmente casadas de diferentes clases sociales. Las primeras novelas de Pérez Galdós en la serie muestran un celo liberal reformista y una oposición intransigente al omnipresente y poderoso clero de España, pero después de la década de 1880 mostró una aceptación más tolerante de la idiosincrasia española y una mayor simpatía por su país. Demostró un gran conocimiento de Madrid, de la cual fue cronista supremo. También mostró una profunda comprensión de la locura y los estados psicológicos anormales. Pérez Galdós gradualmente llegó a admitir más elementos de espiritualidad en su trabajo, y finalmente los aceptó como parte integral de la realidad.