El proyecto artístico de Pilar Albarracín La calle de los pasos perdidos, propone una reflexión sobre las teorías de la justicia en el contexto de crisis espiritual, social y económica de nuestros días.
El antiguo Tribunal de Justicia y Sala de los Ilustres de Lectoure, en plena Via Podiensis, el más importante y antiguo de los Caminos jacobeos de Francia, alberga con esta exposición una selección de paisajes y sucesos acaecidos a lo largo del tiempo, que nos permiten reinterpretar la historia a partir de la metáfora y, de este modo, hacernos reflexionar sobre el presente.
Desde 1990, el municipio de Lectoure ha abierto una parte de su patrimonio arquitectónico a la creación artística contemporánea, pero realmente es en la calle, en el espacio de tránsito e intercambio, donde se empieza a fraguar y dar forma a la esperanza colectiva de un nuevo renacimiento de los valores a través de la intervención artística.
En la muestra se hace referencia tanto al camino recorrido por los peregrinos por mera profesión de fe o para expirar algún pecado, según la religión practicada, e incluso como agradecimiento por peticiones concedidas, como a la calle y lo que esta representa en nuestros días, como vehículo de transformación contemporánea donde “los pasos perdidos” comienzan a encontrar un sentido y una dirección.
Para este proyecto Pilar Albarracín trabaja con fotografía, video e instalación, incluyendo además, tanto obras ya producidas como obras nuevas.
El antiguo Tribunal de Justicia y Sala de los Ilustres de Lectoure, en plena Via Podiensis, el más importante y antiguo de los Caminos jacobeos de Francia, alberga con esta exposición una selección de paisajes y sucesos acaecidos a lo largo del tiempo, que nos permiten reinterpretar la historia a partir de la metáfora y, de este modo, hacernos reflexionar sobre el presente.
Desde 1990, el municipio de Lectoure ha abierto una parte de su patrimonio arquitectónico a la creación artística contemporánea, pero realmente es en la calle, en el espacio de tránsito e intercambio, donde se empieza a fraguar y dar forma a la esperanza colectiva de un nuevo renacimiento de los valores a través de la intervención artística.
En la muestra se hace referencia tanto al camino recorrido por los peregrinos por mera profesión de fe o para expirar algún pecado, según la religión practicada, e incluso como agradecimiento por peticiones concedidas, como a la calle y lo que esta representa en nuestros días, como vehículo de transformación contemporánea donde “los pasos perdidos” comienzan a encontrar un sentido y una dirección.
Para este proyecto Pilar Albarracín trabaja con fotografía, video e instalación, incluyendo además, tanto obras ya producidas como obras nuevas.