Blasco Ibáñez (Valencia, 1867-Mentón, Francia, 1928), es uno de los más importantes escritores valencianos y el más universalmente reconocido. Ya en los días finales del siglo XIX, cuando no había cumplido aún los 30 años, era una figura enormemente popular y querida, hacia la que se sentía atraída la gente por sus ideas y por la fuerza volcánica de sus discursos. El blasquismo contagió a las clases trabajadoras del mar y de la huerta la afición por el saber y por conocer los avances que entonces surgían en las cuatro esquinas del mundo.
Las fotografías de la exposición nos muestran a Blasco Ibáñez como ciudadano, escritor y tribuno, desde sus primeras estancias en la cárcel valenciana de San Gregorio, hasta el regreso de sus restos mortales, acompañado por las más altas autoridades de la República y por el fervor de sus paisanos. La visión fotográfica de Blasco Ibáñez se complementa con una selección de excelentes retratos de grandes escritores españoles que coincidieron con él en su paso por la vida. Estas fotografías de su vida pública y privada muestran a la persona que hay detrás del reconocido personaje. Así se puede ver a Emilia Pardo Bazán con su gato en los salones de su casa madrileña de la calle Princesa, en la que recibía a todo el Madrid de la sociedad y de la cultura en 1910; a José Echegaray a su llegada al Palacio Real para una sesión de consultas con el Rey Alfonso XIII (hacia 1905), a Benito Pérez Galdós leyendo galeradas de su discurso de ingreso en la Academia Española el 6 de febrero de 1897, o a Joaquín Sorolla retratando a Jacinto Benavente en 1917 en su estudio de Martínez Campos, actual Museo Sorolla.
La exposición recoge las confluencias entre los escritores y los personajes influyentes de la época como Leopoldo Alas Clarín, Antonio Machado o Federico García Lorca junto a los fotógrafos más famosos del momento, como Alfonso, Compañy, Franzen, Káulak, Nicolás Muller o Massip. Destacan en esta selección varias imágenes de grupo en las que se puede ver, por ejemplo, capitaneada por Manuel Azaña y Valle-Inclán, la tertulia literaria de la Cacharrería del Ateneo de Madrid que se convirtió en los últimos días de la Monarquía en un activo foco de conspiraciones republicanas (1930).
Asimismo se puede ver una imagen de la redacción de la revista ‘España’ donde están juntos Ortega y Gasset, Azorín, Pío Baroja y Pérez de Ayala, entre otros. De gran interés es también la fotografía de la llegada de Blasco Ibáñez a Argentina en 1910. Se dice que fueron a recibirle más de 100.000 personas. Cuando llegó al puerto de Buenos Aires, una docena de reporteros subieron a la cubierta del barco para hacerle sus primeras fotografías en el país. Como en esta, en otras tantas fotografías puede apreciarse la dimensión internacional del literato valenciano.
El éxito y la popularidad de Blasco Ibáñez no tuvieron fronteras. Durante una larga gira de conferencias por los Estados Unidos, el escritor fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Washington.
La exposición es el resultado de más de 20 años de investigación en decenas de archivos públicos y privados, españoles y extranjeros. Las fotografías proceden de distintas instituciones como la Biblioteca Nacional de España, la Biblioteca Valenciana, el Archivo Histórico Provincial de Guadalajara, la colección Pedro Melero, la Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón, del Instituto del Patrimonio Cultural de España, o la Biblioteca del Congreso de Washington.