En los 70 y los 80, la imagen gitana en el cine y la música muestra historias suburbanas y carcelarias que arrasaron en las cintas de cassette, los guateques y las boîtes, Torremolinos y Benidorm, las listas de éxitos, la televisión y los recreativos. Había acercamientos a la pista de baile y también a la pena de amor y a los peligros de la noche. Era, de algún modo, la adecuación al momento de la alegría callejera nacida de la rumba y los sonidos gitanos más festeros. De la rumba catalana de Peret al “Gipsy Rock” de Las Grecas, pasando por la rumba urbana de Los Chichos y Los Chunguitos, lo gitano se convirtió en un éxito sin parangón que influyó en la calle, en las maneras de sentir y de divertirse, en la manera de vestir y hasta de vivir la vida de generaciones que querían alejarse del reciente pasado franquista, y abocarse a un mundo nuevo y a, veces, extremo.
In the 1970s and 1980s, the image of Romani in film and music depicting life in the inner city and in jail proved a huge hit from cassette recordings to parties and nightclubs, Torremolinos and Benidorm, the hit parade, TV and amusement arcades. There were references to dance floors and heartache, and the perils of the night. It was in a way a contemporary modification of the joyful street sound born out of rumba and more festive Romani rhythms. From Peret's rumba catalana to the “Gipsy Rock” of Las Grecas, along with the urban rumba of Los Chichos and Los Chunguitos, Romani culture became an unprecedented success with an influence out on the street, in forms of feeling and entertainment, fashion and even the lifestyles of generations who were aiming to distance themselves from the recent past under Franco, and to break into a new and, at times, extreme world.
En los 70 y los 80, la imagen gitana en el cine y la música muestra historias suburbanas y carcelarias que arrasaron en las cintas de cassette, los guateques y las boîtes, Torremolinos y Benidorm, las listas de éxitos, la televisión y los recreativos. Había acercamientos a la pista de baile y también a la pena de amor y a los peligros de la noche. Era, de algún modo, la adecuación al momento de la alegría callejera nacida de la rumba y los sonidos gitanos más festeros. De la rumba catalana de Peret al “Gipsy Rock” de Las Grecas, pasando por la rumba urbana de Los Chichos y Los Chunguitos, lo gitano se convirtió en un éxito sin parangón que influyó en la calle, en las maneras de sentir y de divertirse, en la manera de vestir y hasta de vivir la vida de generaciones que querían alejarse del reciente pasado franquista, y abocarse a un mundo nuevo y a, veces, extremo.
In the 1970s and 1980s, the image of Romani in film and music depicting life in the inner city and in jail proved a huge hit from cassette recordings to parties and nightclubs, Torremolinos and Benidorm, the hit parade, TV and amusement arcades. There were references to dance floors and heartache, and the perils of the night. It was in a way a contemporary modification of the joyful street sound born out of rumba and more festive Romani rhythms. From Peret's rumba catalana to the “Gipsy Rock” of Las Grecas, along with the urban rumba of Los Chichos and Los Chunguitos, Romani culture became an unprecedented success with an influence out on the street, in forms of feeling and entertainment, fashion and even the lifestyles of generations who were aiming to distance themselves from the recent past under Franco, and to break into a new and, at times, extreme world.